Los mandatarios de Brasil, Venezuela Bolivia y Ecuador criticaron duramente al sistema financiero internacional y Estados Unidos por la crisis internacional, al tiempo que intentaron presentar un panorama de solidez de la región, tras reunirse este martes en la ciudad amazónica brasileña de Manaos.
El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, denunció que "el sistema financiero internacional se convirtió en un casino en el que las personas apostaban a ganar dinero fácil sin ninguna responsabilidad", y que las instituciones que pasaron "las últimas tres décadas diciendo lo que nosotros debíamos hacer", no se lo aplicaron a sí mismas.
El brasileño pidió que el gobierno, el Congreso y los empresarios en Estados Unidos "encuentren ya una salida y no permitan que la disputa electoral (presidencial) obstaculice las decisiones económicas que deben ser tomadas por ese país para que la crisis no se profundice en otros países".
El presidente venezolano, Hugo Chávez, culpó de la crisis a "la irresponsabilidad del gobierno de Estados Unidos (...) el neoliberalismo salvaje, el capitalismo, el fundamentalismo del mercado", y llamó a fortalecer mecanismos que fomenten la independencia de la región.
"No es posible que los pobres tienen que pagar el precio de la crisis de los ricos", dijo por su parte el mandatario boliviano, Evo Morales, quien aseguró que "el capitalismo no es ninguna solución para la humanidad".
Lula y Chávez garantizaron que no hay "gabiente de crisis" en sus países y que sus economías están "sólidas". Aun así reconocieron que ningun país está blindado ante la crisis, que consideraron de inmensas magnitud y consecuencias.
"Estamos más sólidos (que hace 15 años cuando los latinoamericanos colapsaron con las crisis internacionales), más precavidos, nuestro sistema financiero no está involucrado en la crisis del subprime (...) la ironía del destino es que la crisis están en los países ricos y los emergentes van a sustentar el crecimiento de la economía mundial", aseguró Lula.
"Esas crisis ya no atemorizan tanto como antes" a los países sudamericanos, dijo el mandatario ecuatoriano, Rafael Correa, aunque admitió sus efectos en las exportaciones y precio del petróleo.
"Ojalá llegue el día que para América Latina sea irrelevante lo que vaya a suceder en Estados Unidos, probablemente allí habremos alcanzado nuestra verdadera soberanía", añadió.
A pedido de Chávez, los cuatro presidentes acordaron impulsar la activación del Banco del Sur, un mecanismo de financiamiento al desarrollo regional creado en el papel hace casi un año.
"No debemos perder un día en la activación del Banco del Sur (...) para que traigamos nuestras reservas internacionales, los recursos para la inversión, para que nosotros mismos manejemos nuestro Banco del Sur a través de fondos de financiamiento, de cooperación, para asegurar el desarrollo de nuestros pueblos y definitivamente desengancharnos del nefasto sistema neoliberal", dijo.
Los cuatro presidentes latinoamericanos se citaron este martes en la amazónica ciudad de Manaos para una reunión de trabajo y una maratón de cumbres bilaterales durante un día.
El tema que reunió a los cuatro mandatarios fue el de los grandes proyectos de integración vial de la Amazonía: el eje por carretera y fluvial que debe unir el océano Atlántico con el Pacífico, desde el puerto ecuatoriano de Manta hasta Manaos en el Amazonas, y un corredor amazónico que permitiría conectar La Paz con Manaos y Caracas.
En medio de la Amazonía, "Manaos se convertiría en un cruce de caminos en Sudamérica", explicó Correa.
El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, denunció que "el sistema financiero internacional se convirtió en un casino en el que las personas apostaban a ganar dinero fácil sin ninguna responsabilidad", y que las instituciones que pasaron "las últimas tres décadas diciendo lo que nosotros debíamos hacer", no se lo aplicaron a sí mismas.
El brasileño pidió que el gobierno, el Congreso y los empresarios en Estados Unidos "encuentren ya una salida y no permitan que la disputa electoral (presidencial) obstaculice las decisiones económicas que deben ser tomadas por ese país para que la crisis no se profundice en otros países".
El presidente venezolano, Hugo Chávez, culpó de la crisis a "la irresponsabilidad del gobierno de Estados Unidos (...) el neoliberalismo salvaje, el capitalismo, el fundamentalismo del mercado", y llamó a fortalecer mecanismos que fomenten la independencia de la región.
"No es posible que los pobres tienen que pagar el precio de la crisis de los ricos", dijo por su parte el mandatario boliviano, Evo Morales, quien aseguró que "el capitalismo no es ninguna solución para la humanidad".
Lula y Chávez garantizaron que no hay "gabiente de crisis" en sus países y que sus economías están "sólidas". Aun así reconocieron que ningun país está blindado ante la crisis, que consideraron de inmensas magnitud y consecuencias.
"Estamos más sólidos (que hace 15 años cuando los latinoamericanos colapsaron con las crisis internacionales), más precavidos, nuestro sistema financiero no está involucrado en la crisis del subprime (...) la ironía del destino es que la crisis están en los países ricos y los emergentes van a sustentar el crecimiento de la economía mundial", aseguró Lula.
"Esas crisis ya no atemorizan tanto como antes" a los países sudamericanos, dijo el mandatario ecuatoriano, Rafael Correa, aunque admitió sus efectos en las exportaciones y precio del petróleo.
"Ojalá llegue el día que para América Latina sea irrelevante lo que vaya a suceder en Estados Unidos, probablemente allí habremos alcanzado nuestra verdadera soberanía", añadió.
A pedido de Chávez, los cuatro presidentes acordaron impulsar la activación del Banco del Sur, un mecanismo de financiamiento al desarrollo regional creado en el papel hace casi un año.
"No debemos perder un día en la activación del Banco del Sur (...) para que traigamos nuestras reservas internacionales, los recursos para la inversión, para que nosotros mismos manejemos nuestro Banco del Sur a través de fondos de financiamiento, de cooperación, para asegurar el desarrollo de nuestros pueblos y definitivamente desengancharnos del nefasto sistema neoliberal", dijo.
Los cuatro presidentes latinoamericanos se citaron este martes en la amazónica ciudad de Manaos para una reunión de trabajo y una maratón de cumbres bilaterales durante un día.
El tema que reunió a los cuatro mandatarios fue el de los grandes proyectos de integración vial de la Amazonía: el eje por carretera y fluvial que debe unir el océano Atlántico con el Pacífico, desde el puerto ecuatoriano de Manta hasta Manaos en el Amazonas, y un corredor amazónico que permitiría conectar La Paz con Manaos y Caracas.
En medio de la Amazonía, "Manaos se convertiría en un cruce de caminos en Sudamérica", explicó Correa.
Fuente: AFP
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