ESTIMADA ENEMIGA
Carta abierta para una estrella que tocó tierra
Magaly:
Tu desgracia nos dio el rating más alto de toda nuestra historia: quince puntos. Para ti, que estás tan acostumbrada a las grandes cifras seguramente sonará a poquita cosa pero para nosotros constituye una modesta victoria. ¿Quince puntos a la medianoche? Olvídate. Motivo suficiente para salir a chupar hasta morir a algún lugar muy público, libres ya de ese miedo pueblerino a que algún agazapado camarógrafo tuyo nos ampaye para que luego tú nos condenes sin piedad al paredón. Libres de delirios de persecución. Libres de lunas polarizadas, libres de sobresaltos, libres de paranoias…pero mejor dejemos de estar hablando tanto de la libertad.
Tu desgracia –fíjate qué ironía- fue lo mejor que le pudo haber pasado a nuestro programa. ¿Te has puesto a pensar en qué salvajes son las extrañas reglas que gobiernan nuestra existencia televisiva? Tu vergüenza, tu humillación pública, tu calvario fueron para nosotros un vigoroso reconstituyente, un cóctel vitamínico, una auténtica inyección de vitalidad: catapultaron las cifras de nuestra sintonía hasta picos de 30 puntos en el sector AB que, como bien sabes, es el público que más le interesa a los anunciantes porque es el que compra más, porque es el que más tiene. No serías el personaje más poderoso de la tele sin él.
La gente que –desde hace 11 años- te sigue fielmente, noche tras noche, puedes apostarlo, fue la misma gente que nos sintonizó, la que asistió al desmenuce detallado de tu inexorable desbarrancamiento: tu sólido AB, por supuesto, tu público devoto –para no decir cautivo que sonaría a mofa- esa misma hinchada tuya que a las 11 de la noche corrió esta vez a abarrotar nuestras tribunas y no pareció condolerse demasiado de que ahora la indefensa y temblorosa cristiana a la que tocaba el turno de ser el bocado de las fieras fueras tú. Sonará un poquito ruin pero tú sabes que es la verdad, la verdacita pura y dura: tu tragedia vende, Magaly. Y vende que da miedo, como pan caliente, Aquella noche, tu personal infierno se convirtió en la mejor alternativa de entretenimiento para miles de familias peruanas. Pero no me malentiendas. No es nada personal. La farándula es así. Tú y yo somos periodistas y nos entendemos. Así es nuestro trabajo y tú lo sabes. Así es Chollywood. Tú eres una persona pública. Y ya se sabe que todo, absolutamente todo lo que le pase a las personas públicas es noticia. No sabemos hacer otra cosa: nos limitamos a mostrarle al público la realidad, por más triste o cruda u horrenda que parezca, nos limitamos a hablarle con pruebas, con testimonios, con i-má-ge-nes. Y si no les gusta lo que ven pues… son todos libres de usar el poder del control remoto, ¿no es verdad?
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Carta abierta para una estrella que tocó tierra
Magaly:
Tu desgracia nos dio el rating más alto de toda nuestra historia: quince puntos. Para ti, que estás tan acostumbrada a las grandes cifras seguramente sonará a poquita cosa pero para nosotros constituye una modesta victoria. ¿Quince puntos a la medianoche? Olvídate. Motivo suficiente para salir a chupar hasta morir a algún lugar muy público, libres ya de ese miedo pueblerino a que algún agazapado camarógrafo tuyo nos ampaye para que luego tú nos condenes sin piedad al paredón. Libres de delirios de persecución. Libres de lunas polarizadas, libres de sobresaltos, libres de paranoias…pero mejor dejemos de estar hablando tanto de la libertad.
Tu desgracia –fíjate qué ironía- fue lo mejor que le pudo haber pasado a nuestro programa. ¿Te has puesto a pensar en qué salvajes son las extrañas reglas que gobiernan nuestra existencia televisiva? Tu vergüenza, tu humillación pública, tu calvario fueron para nosotros un vigoroso reconstituyente, un cóctel vitamínico, una auténtica inyección de vitalidad: catapultaron las cifras de nuestra sintonía hasta picos de 30 puntos en el sector AB que, como bien sabes, es el público que más le interesa a los anunciantes porque es el que compra más, porque es el que más tiene. No serías el personaje más poderoso de la tele sin él.
La gente que –desde hace 11 años- te sigue fielmente, noche tras noche, puedes apostarlo, fue la misma gente que nos sintonizó, la que asistió al desmenuce detallado de tu inexorable desbarrancamiento: tu sólido AB, por supuesto, tu público devoto –para no decir cautivo que sonaría a mofa- esa misma hinchada tuya que a las 11 de la noche corrió esta vez a abarrotar nuestras tribunas y no pareció condolerse demasiado de que ahora la indefensa y temblorosa cristiana a la que tocaba el turno de ser el bocado de las fieras fueras tú. Sonará un poquito ruin pero tú sabes que es la verdad, la verdacita pura y dura: tu tragedia vende, Magaly. Y vende que da miedo, como pan caliente, Aquella noche, tu personal infierno se convirtió en la mejor alternativa de entretenimiento para miles de familias peruanas. Pero no me malentiendas. No es nada personal. La farándula es así. Tú y yo somos periodistas y nos entendemos. Así es nuestro trabajo y tú lo sabes. Así es Chollywood. Tú eres una persona pública. Y ya se sabe que todo, absolutamente todo lo que le pase a las personas públicas es noticia. No sabemos hacer otra cosa: nos limitamos a mostrarle al público la realidad, por más triste o cruda u horrenda que parezca, nos limitamos a hablarle con pruebas, con testimonios, con i-má-ge-nes. Y si no les gusta lo que ven pues… son todos libres de usar el poder del control remoto, ¿no es verdad?
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1 comentario:
Me parece que tiene razon en que Magaly se haya buscado esto con tanta intriga. Lo que mas me ha impactado , podria decri hasta sinceramente conmovido, es el caracter de reclamo sentido y dolido a alguien que fue su amiga. Trapos bastante al aire pero ... decir "fuiste mi amiga y me heriste e hiciste odiarte por esto y esto otro" no es nada facil, y menos facil aun decir, con toda la cacha y todo, espero que rebotes y que vuelvas a ser la que fuiste, cuando eras amiga mia.
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