Los Ángeles, (DPA).- ¿Puede enfermar una computadora? Cuando Fred Cohen abordó esta pregunta, el tema era más bien de naturaleza académica: las personas escribían cartas en lugar de correos electrónicos y en las oficinas se usaban máquinas de escribir en lugar de ordenadores.Para demostrar que una computadora podía ser afectada por un virus, el doctorando de la Universidad de Carolina del Sur escribió hace 25 años, el 10 de noviembre de 1983, el primer programa informático capaz de replicarse. Sospechaba que su descubrimiento era peligroso, pero no podía imaginar que iba a hacer una carrera criminal como la que hizo.Cuando Cohen definió los virus informáticos, tenía en mente el ejemplo de los virus que afectan a los seres vivos: se trata de programas que pueden infectar otros programas, modificándolos e introduciendo en su código fuente una copia de sí mismos, dijo entonces en un discurso.Sin que los usuarios de la computadora lo puedan notar, los virus informáticos pueden asumir el control del sistema.Actualmente, el término se usa para un arsenal de software dañino (malware), con el cual los ciber-criminales atacan: gusanos, trojanos, "Spyware".Tanto entonces como en la actualidad se trata de obtener el control de la computadora, pero las intenciones de los creadores de los virus no podrían ser más diferentes. "Entonces los autores de los virus sólo lo hacían para fastidiar", dijo Raimund Genes, CTO (chief technology officer) del fabricante de software Trend Micro.Era un mensaje en la pantalla del ordenador. Esos virus también causaron daños, pero sólo una fracción eran verdaderamente maliciosos.Pero pronto no sólo programadores y jóvenes con problemas de ego pusieron en circulación virus informáticos, sino también con cada vez más frecuencia ciber-gangster, que buscaban robar a los ingenuos usuarios.Cada vez más personas adquirieron primero una computadora, luego el acceso a Internet, y comenzaron a realizar operaciones bancarias online, a escribir correos electrónicos o a comprar libros, discos compactos y objetos usados.Desde hace unos cinco años se trata ante todo de dinero. "Los autores piensan orientados al mercado", dijo el experto en IT alemán Christoph Fischer. "Quieren saquear cuentas bancarias y portafolios de acciones o usar cuentas eBay para lavar dinero". En esto trabajan bandas mafiosas.A diferencia del pasado, la pantalla se pone negra sólo raras veces. "Los muchachos malos no tienen interés en hacer visibles sus actividades", indicó el experto Genes.La cantidad de virus sigue aumentando mucho: según una investigación de Trend Micro, cada mes se agregan 500.000 con variaciones en el código fuente.No hay en vista una vacuna contra el mal. "El sector se hizo profesional y puede pagarle a los mejores informáticos, para que escriban virus", dijo Norbert Pohlmann de la Escuela Técnica Superior de la ciudad alemana de Gelsenkirchen.Además, el sistema inmune de los sistemas informáticos es débil, todos tienen vacíos que pueden ser aprovechados por un atacante experto.Y a esto se agregan los usuarios, que despreocupadamente ingresan a través de "links" en páginas de Internet peligrosas o que abren mensajes de correo electrónico contaminados.Esto es lo que para Fred Cohen es el mayor problema, 25 años después de su descubrimiento: "Muchos virus se propagan por motivos psicológicos. El spam no engaña a la computadora, sino al usuario".Virus, gusanos y compañía no sólo sirven a los criminales, sino que entretanto constituyen una lucrativa fuente de negocios para los fabricantes de software anti-virus.Existe toda una industria que comercializa programas para evitar los múltiples peligros de la red o cobra importantes honorarios por su saber especializado.También el pionero Fred Cohen, que ya en 1984 se dedicó a buscar terapias contra los virus informáticos, gana con ello actualmente su dinero: fundó una empresa asesora para "protección de las informaciones".
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