Científicos estadounidenses han descubierto glaciares lejos de los polos de Marte y a pocos metros de la cubierta rocosa del planeta, reveló un estudio publicado por la revista Science.
"Se trata de un descubrimiento muy importante porque no solo constata la existencia de agua en Marte, sino que cubre la necesidad de ese elemento que tendrán las futuras misiones interplanetarias", señaló a Efe Ali Safaeinili, científico del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA.
"También es importante porque el agua de esos glaciares se encuentra en latitudes bajas del planeta, lejos de los polos, y en algunos casos a solo unos tres metros de profundidad", indicó.
"También es importante porque el agua de esos glaciares se encuentra en latitudes bajas del planeta, lejos de los polos, y en algunos casos a solo unos tres metros de profundidad", indicó.
El descubrimiento fue hecho con el radar de la sonda Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) de la agencia espacial estadounidense hace un año.
"Tardamos en hacer el anuncio del descubrimiento porque queríamos estar seguros de él e hicimos todas las verificaciones posibles", agregó. Debido a que el agua es uno de los ingredientes esenciales de la vida tal como la conocemos en la Tierra, el hallazgo de grandes reservas del líquido congelado es un signo alentador para los científicos que buscan vida más allá de nuestro planeta, indicó el estudio publicado por Science.
Los glaciares cubren una superficie de decenas de miles de kilómetros cuadrados y se extienden desde las montañas marcianas con un espesor en algunos casos de unos 800 metros. La capa de material rocoso que cubre el hielo, en otros casos de un grosor de unos pocos metros, posiblemente preservó los glaciares como reliquias de una pasada glaciación, indicó Science.
Los primeros indicios de agua en Marte fueron detectados hace cuatro años por los vehículos "Spirit" y "Opportunity" y confirmados después por el "Phoenix", un tercer vehículo de la NASA. "Sin duda estos glaciares representan la mayor reserva de agua en Marte, lejos de las capas polares. Solo uno de los que examinamos es tres veces más extenso que la ciudad de Los Ángeles (California) (...) y hay muchos más", indicó John Holt, de la Escuela de Geociencias de la Universidad de Texas y autor del informe.
Además, "son una ventana a un clima que fue muy diferente a lo que es hoy Marte", dijo Holt en una entrevista telefónica. El descubrimiento hecho por el radar de MRO despejó un misterio que había surgido en el decenio de 1970 cuando las sondas Viking de la NASA detectaron faldas ondulantes que provenían de las montañas. Una teoría indicaba que se trataba de flujos de rocas lubricadas por el hielo.
"Tardamos en hacer el anuncio del descubrimiento porque queríamos estar seguros de él e hicimos todas las verificaciones posibles", agregó. Debido a que el agua es uno de los ingredientes esenciales de la vida tal como la conocemos en la Tierra, el hallazgo de grandes reservas del líquido congelado es un signo alentador para los científicos que buscan vida más allá de nuestro planeta, indicó el estudio publicado por Science.
Los glaciares cubren una superficie de decenas de miles de kilómetros cuadrados y se extienden desde las montañas marcianas con un espesor en algunos casos de unos 800 metros. La capa de material rocoso que cubre el hielo, en otros casos de un grosor de unos pocos metros, posiblemente preservó los glaciares como reliquias de una pasada glaciación, indicó Science.
Los primeros indicios de agua en Marte fueron detectados hace cuatro años por los vehículos "Spirit" y "Opportunity" y confirmados después por el "Phoenix", un tercer vehículo de la NASA. "Sin duda estos glaciares representan la mayor reserva de agua en Marte, lejos de las capas polares. Solo uno de los que examinamos es tres veces más extenso que la ciudad de Los Ángeles (California) (...) y hay muchos más", indicó John Holt, de la Escuela de Geociencias de la Universidad de Texas y autor del informe.
Además, "son una ventana a un clima que fue muy diferente a lo que es hoy Marte", dijo Holt en una entrevista telefónica. El descubrimiento hecho por el radar de MRO despejó un misterio que había surgido en el decenio de 1970 cuando las sondas Viking de la NASA detectaron faldas ondulantes que provenían de las montañas. Una teoría indicaba que se trataba de flujos de rocas lubricadas por el hielo.
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