
Miles de aplicaciones
Los nanotubos de carbono descubiertos por Iijima se caracterizan –además de por su minúsculo tamaño- por su ultrarresistencia, su extremada ligereza y su extraordinaria flexibilidad. En base a estas características, Iijima ha explicado con sencillos ejemplos lo que la nanotecnología podrá hacer en nuestras vidas, como por ejemplo llegar más eficientemente al centro de un tumor y así atacarlo sin necesidad de dañar células sanas, gracias a que los fármacos podrán ser administrados en nanodosis.
Ligereza y flexibilidad
De este modo, la nanotecnología puede aplicarse en diversos campos: desde la sanidad hasta las telecomunicaciones e incluso en el entretenimiento, como palos de golf o cuadros de bicicleta más resistentes y ligeros. Los nanotubos de carbono son unos materiales hechos a partir de átomos de carbono y, para Iijima, serán cruciales en la lucha contra el cambio climático puesto que supondrán “un increíble ahorro energético al permitir diseñar equipos que consumirán hasta 20 veces menos”.
El premio Príncipe de Asturias reconoce que, “aunque aún es pronto para saber cómo se desarrollarán estas técnicas, la nanotecnología jugará un papel fundamental en el desarrollo de baterías más duraderas tanto para ordenadores portátiles como para teléfonos móviles, con menores emisiones de CO2”. No obstante, Iijima se ha aventurado a señalar que en unos cinco años podremos ver componentes eléctricos basados en la nanotecnología, “flexibles y manejables”.
Sumio Iijima es investigador titular asociado de la compañía japonesa NEC, profesor de la Universidad de Meijo, director del Centro de Investigación para el Avance de los Materiales de Carbón del Instituto Nacional de Ciencia Industrial Avanzada y Tecnología de Japón y decano del Instituto Avanzado de Nanotecnología de la Universidad surcoreana de Sungkyunkwan.
Fuente: Ambientum.com
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