El jueves 30 de octubre de este año la comunidad universitaria de la UNI se ha enterado via el diario oficial El Peruano que la contraloría general de la república ha autorizado iniciar acciones legales contra el ex rector UNI Sota Nadal y otros por indicios razonables de robo (peculado es un eufemismo). Dice la resolución: “se evidenció que para la constitución de una de las empresas se dispuso de recursos de la UNI para el pago de las acciones empresariales del ex rector y ex funcionario…”.
Es importante que la comunidad universitaria sobre todo docentes y empleados no docentes de la UNI que con decencia hemos venido prestando nuestros servicios a la UNI antes, durante y después de la era Sota Nadal encaremos el problema, lo analicemos y digamos en voz alta nuestra posición.
En primer lugar hay que decir que esta resolución es una confirmación de las denuncias que hiciéramos los grupos estudiantiles (Tercios y ACUNI) y algunos profesores nucleados alrededor de la ADUNI en los movimientos del 2001 y del 2004. Teníamos razón, pero los mecanismos legales de nuestra democracia son tan lentos que recién ahora siete años después se nos hace justicia. En aquellos tiempos se nos perseguía y se nos tildaba de revoltosos. Hoy debemos estar satisfechos porque la historia nos ha dado la razón.
Pero la conclusión más importante que hay que sacar de la resolución Matute es que estos 16 años donde la UNI ha sido manejada por Sota Nadal y sus herederos coinciden con 16 años de frustración académica de la UNI. Somos la novena universidad en el ranking nacional publicado por la ANR y no figuramos ni en las 500 mejores de ningún ranking mundial. Y es que Sota Nadal implantó en la UNI un sistema malévolo de desaliento al investigador y al desarrollo académico. Sistema que perdura hasta ahora y que se basa en el canje de votos en la Asamblea Universitaria por puestos administrativos bien remunerados en las empresas y dependencias de la UNI que generan recursos propios. El ejemplo más lamentable de cómo el sistema corrupto instaurado por Sota Nadal actúa en contra del desarrollo académico de nuestra universidad es la Facultad de Ingeniería de Petróleo. Esa Facultad que en el papel es propietaria de las empresas UNIPETRO ABC y Petro UNI sigue tan pobre como en 1992. De sus laboratorios no ha salido ningún artículo de investigación. En 16 años no ha producido ninguna maestría en petróleo, ni en prospección, ni en su propia Escuela de Posgrado, ni en otra. Todo el beneficio producido por estas dos empresas en estos 16 años se ha concentrado en los bolsillos de sus respectivos gerentes: Cataño y Grajeda.
Es importante que la comunidad universitaria sobre todo docentes y empleados no docentes de la UNI que con decencia hemos venido prestando nuestros servicios a la UNI antes, durante y después de la era Sota Nadal encaremos el problema, lo analicemos y digamos en voz alta nuestra posición.
En primer lugar hay que decir que esta resolución es una confirmación de las denuncias que hiciéramos los grupos estudiantiles (Tercios y ACUNI) y algunos profesores nucleados alrededor de la ADUNI en los movimientos del 2001 y del 2004. Teníamos razón, pero los mecanismos legales de nuestra democracia son tan lentos que recién ahora siete años después se nos hace justicia. En aquellos tiempos se nos perseguía y se nos tildaba de revoltosos. Hoy debemos estar satisfechos porque la historia nos ha dado la razón.
Pero la conclusión más importante que hay que sacar de la resolución Matute es que estos 16 años donde la UNI ha sido manejada por Sota Nadal y sus herederos coinciden con 16 años de frustración académica de la UNI. Somos la novena universidad en el ranking nacional publicado por la ANR y no figuramos ni en las 500 mejores de ningún ranking mundial. Y es que Sota Nadal implantó en la UNI un sistema malévolo de desaliento al investigador y al desarrollo académico. Sistema que perdura hasta ahora y que se basa en el canje de votos en la Asamblea Universitaria por puestos administrativos bien remunerados en las empresas y dependencias de la UNI que generan recursos propios. El ejemplo más lamentable de cómo el sistema corrupto instaurado por Sota Nadal actúa en contra del desarrollo académico de nuestra universidad es la Facultad de Ingeniería de Petróleo. Esa Facultad que en el papel es propietaria de las empresas UNIPETRO ABC y Petro UNI sigue tan pobre como en 1992. De sus laboratorios no ha salido ningún artículo de investigación. En 16 años no ha producido ninguna maestría en petróleo, ni en prospección, ni en su propia Escuela de Posgrado, ni en otra. Todo el beneficio producido por estas dos empresas en estos 16 años se ha concentrado en los bolsillos de sus respectivos gerentes: Cataño y Grajeda.
Fuente:
http://fiecs.blogspot.com/
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1 comentario:
Me suena a historia conocida, muy parecida a lo que ocurre en la Universidad de Huacho, una pena que las universidades estatales se debatan en una profunda crisis institucional corroída por la corrupción, el mal de males que prioriza los intereses personales a los académicos e institucionales. Es un tema que no lo visibiliza la FENDUP, el Congreso o el Gobierno. Toda una inmensa tarea de reconstrucción de los centros académicos peruanos
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