Por Esther Vargas
Cuando apenas nos habíamos comenzado a familiarizar con los blogs, el mundo ya está twitteando. Y mientras te preguntan cómo diablos se come eso o si tiene que ver con Piolín, miles de miles de cibernautas –entre ellos una pequeña pero creciente porción de peruanos– responden a la pregunta más urgente, rutinaria y hasta aburrida del planeta: “¿What are you doing?”
La respuesta llega gracias a Twitter , un sitio que permite intercambiar micromensajes con amigos, conocidos y colegas ¿What are you doing?Pues, un mortal puede estar haciendo desde nada hasta transmitiendo un partido de fútbol, chismeando los entretelones de un debate político, gestando una intriga, firmando su divorcio, organizando un boicot, narrando un funeral o detallando la liberación de Ingrid Betancourt.
Nada más veloz que Twitter. Sí, Twitter sirve para todo, pero en 140 caracteres, 140 caracteres que puedes repetir cuántas veces quieras, pues el twitteo se transforma también en ‘diarrea verbal’, categoría que alcanzan ciertos discursos presidenciales, columnas de opinión, post, monólogos y reportajes. Para twittear solo necesitas tener una computadora o un celular con acceso a Internet. SÍ SE PUEDE. En 140 letritas, el usuario (twittero) dice lo quiere. En los micromensajes se puede incluir direcciones de Internet abreviadas (TinyURL) que te llevan a artículos de diarios, blogs, webs, fotos, videos, canciones y a prácticamente todo lo que cuelgue en la red. El Twitter conquistó primero a los nativos digitales, esas especies que nacieron ‘conectadas’ al msn, y luego a los periodistas.“Desde que el mundo es mundo, la gente siempre quiere comunicarse. Y cuando la tecnología facilita ese vínculo con medios nuevos y simples (desde el teléfono hasta Twitter), la gente los adopta rápidamente”, dice Leandro Zanoni a través del Facebook. Es blogger, seguidor de Maradona, periodista y autor del Imperio Digital, un libro cuya edición completa en PDF se pudo bajar de su blog (eBlog ) días antes del lanzamiento en librerías.
Twitter es quizás una moda, una manera de matar las horas . Pero no solo eso. Su uso como herramienta de comunicación trasciende al chisme y a la cultura del ‘webing’. A través del Twitter se brindó información minuto a minuto sobre el terremoto en China. En Perú, algunos lo emplearon para dar cuenta del terremoto en el sur. El ‘faenón’ de Rómulo se twitteó, al igual que la resaca de los últimos conciertos en Lima (Calamaro, REM o Cadillacs).
La popularidad del microblogging creció esta semana tras los ataques en Bombay. The New York Times , CNN y The Guardian reconocieron que la tragedia de la India fue “la hora de Twitter”. Y, ahora, todos lo quieren: Facebook , Google … El País de España tiene su cuenta en Twitter. Obama twitteó su agradecimiento a sus seguidores. Y, en esta nota, algunos de los twitteros anexados a mi cuenta respondieron en 140 caracteres por qué usan esta herramienta. El 99.9% de lo que aquí se ha escrito fue twitteado. Nada de llamadas telefónicas. No hay grabaciones. No me moví de mi sitio y en mi Gmail apenas guardo las fotos.Mientras se terminaba de escribir esta nota, desde Argentina, el periodista Álvaro Liuzzi me preguntaba por mi avance; Darío Gallo , editor de Perfil.com , daba entrevistas sobre el tema, y el colega Diego Graglia , desde México, pasaba por Twitter la nota de The New York Times sobre la estrella de la web 2008.
No hay comentarios:
Publicar un comentario