“Hay un mensaje que yo diría esquizofrénico por parte del gobierno. Por un lado, dice que es importante la inversión privada, pero, por otra parte, no hace nada para fomentarla en la educación superior”.
Luis Bustamante, Rector emérito de la UPC
Autor: Carlos
Castillo
ccastillo@peru21.com
Luis Bustamante Belaunde, exrector y excongresista, comparte en esta
entrevista sus apreciaciones sobre la nueva Ley Universitaria que se debatirá en
el Congreso.
¿Qué expectativas tiene en torno al proyecto de la nueva Ley
Universitaria que se debatira en el Congreso?
Lo que espero es una
reflexión sobre la enorme responsabilidad que les toca asumir a los
congresistas. Este proyecto ha sido precedido por una enorme cantidad de
información tendenciosa, que en realidad ha sido una desinformación y que ha
logrado dibujar en el imaginario de los legisladores que las universidades en el
Perú son un caos, que el ejemplo de universidades es aquel donde el rector gana
millones o funcionan en el segundo piso de los chifas. Esa es una
caricaturización tendenciosa de la realidad universitaria. Los legisladores
tienen que tomar en cuenta que el proyecto de ley envuelve una enorme cantidad
de consecuencias…
¿Como cuáles?
Significa un retroceso enorme de lo
avanzado en educación superior en el Perú gracias a la iniciativa privada y a
que se puso en marcha un sistema de competencias que ha contribuido en mucho al
mejoramiento de universidades privadas y públicas y que dejó atrás la antigua
experiencia de que lo que garantiza la calidad es el control, cuando lo cierto
es que la garantía es la competencia. Además, es peligroso cambiar las reglas
que generan inversión.
Permítame ponerme como abogado del diablo y preguntarle: ¿eran
necesarios algunos cambios a la ley?
El tema es ¿cuál debe ser el
sistema para alcanzar la meta de calidad? ¿Es el sistema en torno a un organismo
dependiente del Ministerio de Educación que viola el principio constitucional de
la autonomía y pretende sustituir a los responsables universitarios con la mente
de unos burócratas iluminados, o es, más bien, el ejercicio responsable de la
libertad? A mí me parece esta última. Lamentablemente, muchos legisladores
desconfían de la libertad y le tienen miedo, y por eso piensan que el control
estatal es más efectivo, y eso que nunca funcionó en economía; tampoco funcionó
para la educación.
¿Este es un proyecto intervencionista y ‘sesentero’?
Sí
lo es. Para crear nuevas facultades se tiene que pedir permiso a la
superintendencia burocrática. ¿Dónde quedó la autonomía? Creo que en el Congreso
piensan que las universidades son en su mayoría públicas y que las privadas son
asociativas. En estos momentos, dos de cada tres son privadas y en Lima es el
82%. La gran mayoría de alumnos estudia en universidades privadas. Además, el
72% de las privadas se ha adecuado al marco establecido en el Decreto
Legislativo 882, que les permite adoptar fórmulas asociativas o societarias, y
el señor Mora lo quiere derogar.
Estas cifras no las veo en el proyecto…
Por supuesto que
no están, porque se han ocultado.
El argumento del congresista Mora es que el interés que prima en las
universidades privadas es el lucro. ¿Esto es cierto?
Eso es
caricaturizar la realidad universitaria. Lo que prima no es el lucro, sino
buscar la eficiencia y maximizar recursos, es cierto, pero no para llevárselos
al bolsillo sino para reinvertirlos. La mayor parte de universidades no ha
repartido utilidades entre sus accionistas, sino que las ha reinvertido, y así
se explica el extraordinario crecimiento de la infraestructura y equipamiento de
las privadas. En una economía de mercado, los agentes buscan excedentes
económicos, pero no para el bolsillo porque así matas a la empresa, sino para
hacerla crecer.
¿Hay una contradicción en el gobierno cuando dice que alienta la
inversión y promueve estas iniciativas?
Hay un mensaje que yo diría
esquizofrénico porque, por una parte, el gobierno dice que es importante la
inversión privada, pero, por otra parte, no hace nada por fomentarla en el campo
de la educación superior.
Pero también reconocerá que hay una coyuntura que no es propicia para
las universidades. Un rector gana dos millones, otro dice que nunca leyó un
libro y hay una proliferación de universidades en provincias.
El de
la frase del libro no fue un rector, sino el dueño. Ahora bien, es cierto que el
momento es poco favorable, pero se han escogido cuatro o cinco ejemplos de las
137 universidades y se han magnificado como si fuesen lo realmente
representativo de la educación universitaria, y eso me parece injusto. Hay
muchas universidades que están haciendo las cosas bien, y para los excesos
existe el marco de la ley. Es como que usted me diga que las experiencias
funestas de la empresa Orión reflejan la realidad de todo el sistema de
transporte en el país.
¿Pero 137 universidades no le parecen un exceso?
No soy
de evaluar números aisladamente. Lo veo en un contexto. El Perú es el único país
que prohíbe que las universidades creadas en una ciudad trabajen en otras. Otro
motivo es que hay universidades especialistas y no generalistas. Es un modelo
que ha caminado bien.
AUTOFICHA
- Fue rector de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC). También fue el presidente del Comité Organizado de CADE por la Educación 2013.
- Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y abogado
por la Universidad Nacional San Agustín de Arequipa.
- Incursionó en el campo político. Fue senador por el Fredemo (1990-1992) y
reemplazó a Mario Vargas Llosa en la presidencia del Movimiento Libertad.
Fuente: Peru21
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