Por Engels Ortiz
Samanamud
En la
primera semana de abril, a través de internet, nos enteramos que las
autoridades de la reconocida universidad Waseda del Japón, ordenaron revisar
las tesis de su departamento de ciencia avanzada e ingeniería; ello, a
consecuencia del escándalo de manipulación del último hallazgo sobre células madre
realizado por una científica japonesa.
Este proceso
de investigación pasa por la revisión de cerca de 300 tesis doctorales, y de
hallarse irregularidades se le retirará el título de doctor.
Esta decisión
no sorprende, en tanto, que dentro de la cultura japonesa es inaceptable un fraude
en términos académicos y científicos por parte de sus profesionales e
investigadores.
En nuestro
país, venimos presenciando el escandaloso caso de malos manejos académicos y
administrativos de la U. Garcilaso; y, desde varios años atrás, alumnos y catedráticos
de dicha universidad venían denunciando irregularidades como los megasueldos que
se han asignado el rector y su entorno..
Sin embargo,
recién la Asamblea Nacional de Rectores (ANR), presionada por el debate de una
nueva ley universitaria en la que se consigna su desaparición por su poca o nula acción fiscalizadora es que se ha visto obligada a intervenir.
Es en ese
escenario, que la Comisión de Coordinación Interuniversitaria de la ANR, nombró
una comisión de investigación para la U. Garcilaso; y dentro de los hallazgos se
encuentran los exorbitantes sueldos de las autoridades y el otorgamiento del
título de abogado al acalde de San Juan de Lurigancho sin haber culminado la
secundaria.
Por ello, la
ANR, acordó intervenir a la UIGV con una Comisión de Orden y Gestión (COG) por
un periodo de seis meses, a la par de separar de sus cargos al rector,
vicerrector y decanos.
Sin embargo,
mediante los medios de comunicación hemos visto como la COG fue echada por un
grupo de matones de las instalaciones de la universidad y hasta la fecha no
pueden reingresar.
Como es de
conocimiento público, los posgrados de maestrías y doctorados han
proliferado por todo el país; y en un récord nunca antes visto con clases de
larga distancia o de fin de semana tenemos catedráticos y profesionales con
grados de mágister y doctor denominados "chicha".
Esos grados no atienden a ninguna investigación científica ni rigurosidad académica más solo se busca obtenerlos para acceder a cargos de funcionarios y autoridades, dado que la actual ley universitaria y la que está en debate piden para ser rector o vicerrector tener grado de doctor.
Esos grados no atienden a ninguna investigación científica ni rigurosidad académica más solo se busca obtenerlos para acceder a cargos de funcionarios y autoridades, dado que la actual ley universitaria y la que está en debate piden para ser rector o vicerrector tener grado de doctor.
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