Redactor Anónimo
Publicado en el diario La Primera
Más de un millar de delegados de 150 países se reunieron entre el 5 y el 8 de julio, en la Conferencia Mundial sobre Educación Superior convocada por la UNESCO en París, para discutir sobre su situación y perspectivas. Constatando la acelerada expansión de su cobertura poblacional (entre el 2000 y el 2007 la matrícula global se habría incrementado en alrededor del 50%), también se hizo notar que esta tendencia presenta diferencias muy marcadas entre regiones y países.
Así, mientras la participación de los jóvenes en la educación superior en América del Norte y Europa occidental es del 71%; en África, a pesar de que la matrícula también se ha incrementado, la tasa de participación es de sólo 6%, lo cual significa que hoy en día un niño de esa región tiene menos posibilidades de concluir la educación primaria que un europeo de ingresar a la universidad. Pero otro factor decisivo de inequidad en este nivel educativo es el de la calidad académica, dimensión en la cual las brechas entre países ricos y pobres son también crecientes.
Por ello, la Conferencia hizo un llamamiento a los gobiernos para que incrementen su inversión en este nivel educativo, promoviendo la equidad en el acceso, la mejora de su calidad y pertinencia (con reconocimiento de la diversidad cultural), así como una mayor movilidad y cooperación internacional. Ratificando, igualmente, la importancia de la investigación y la producción de conocimiento como un factor clave para el fortalecimiento de las comunidades, la Conferencia puso también de relieve la necesidad de mejorar la gobernanza en las instituciones de educación superior, tanto como de establecer organismos reguladores y de garantía de calidad.
Por ello, la Conferencia hizo un llamamiento a los gobiernos para que incrementen su inversión en este nivel educativo, promoviendo la equidad en el acceso, la mejora de su calidad y pertinencia (con reconocimiento de la diversidad cultural), así como una mayor movilidad y cooperación internacional. Ratificando, igualmente, la importancia de la investigación y la producción de conocimiento como un factor clave para el fortalecimiento de las comunidades, la Conferencia puso también de relieve la necesidad de mejorar la gobernanza en las instituciones de educación superior, tanto como de establecer organismos reguladores y de garantía de calidad.
Mientras tanto, en nuestro país, la Universidad Pública, carente de políticas de Estado que promuevan su desarrollo, continúa entrampada en el marco legal vetusto que, el año 1983, Luis Alberto Sánchez y la mayoría parlamentaria aprista establecieron (ignorando por completo los cambios que exigía la revolución tecnocientífica entonces ya en curso), como una versión anacrónica de la agenda universitaria de Córdoba, de inicios del siglo pasado.
Hace unos días, se aprobó en el Congreso la reorganización de la UNJFSC, de Huacho, devenida ingobernable. La intervención allí dejará intactas las causas de tal situación, en tanto no se encare la urgente reforma del conjunto de la universidad en el Perú, dotándola de un marco legal acorde a los retos que plantea el mundo actual caracterizado con justeza como sociedad del conocimiento.
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