Para la historia negra de la Asociación de Docentes de la Universidad de Ingeniería (ADUNI), quedará impregnado el triste papel de su presidenta saliente, Rodriguez Montenegro, que no tuvo reparos en acomodarse al rector de turno Aurelio Padilla.
Nunca se había visto a un sindicato de la UNI tan servil, callado y casi inexistente pegado a la autoridad o al menos su presidenta que personificaba al gremio docente asi lo demostró.
Nunca se había visto a un sindicato de la UNI tan servil, callado y casi inexistente pegado a la autoridad o al menos su presidenta que personificaba al gremio docente asi lo demostró.
Prueba de esa contubernia relación de la Presidenta saliente de la ADUNI con el rector Aurelio Padilla, se evidenció en el paseo parrandero que hizo Padilla y una comitiva de decanos y jefes de oficinas con motivo de los 16 años de UNIPETRO, y que fue celebrado en las paradisiacas playas de Máncora, y con una invitada especial: la presidenta de la ADUNI.
Es increíble que las elecciones de rector y vicerrectores no haya merecido ningún pronunciamiento de la ADUNI en ningún sentido, prácticamente ha callado en todos los idiomas.
Es inaceptable que siendo el gremio que alberga a los docentes y, por cierto, que la asamblea universitaria está constituida mayormente por docentes -no haya propiciado ninguna exposición o debate de los planes de gobierno de los candidatos a rector UNI-.
A estas alturas ya no hay dudas a qué interés atendió ese lamentable rol y, que al parecer, pretenden seguir manteniendo a la ADUNI asi de tan sumisa y servil.
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