Dos satélites de comunicaciones, uno ruso y el otro estadounidense, chocaron a una altura de casi 800 kilómetros de Siberia, confirmaron fuentes de la NASA.
La colisión, que el martes pasado produjo una nube de escombros, ha planteado un peligro para la Estación Espacial Internacional (EEI) que gira a una órbita de alrededor de 400 kilómetros de altura, según fuentes de la agencia espacial estadounidense.
Un portavoz de la NASA, citado por el diario The Washington Post en su página de internet, señaló que la dispersión de los escombros de la colisión podría obligar a los ocupantes del complejo a realizar una maniobra para reducir el peligro.
Cualquier objeto en el vacío espacial se desplaza a una velocidad de unos 28 mil kilómetros y cualquier colisión con otro que se desplace en dirección opuesta resulta en una desintegración total.
'En última instancia esos escombros irán bajando su órbita y si es necesario la estación está en capacidad de llevar a cabo una maniobra' para eludirlos, indicó el portavoz John Yembrick.
No obstante, la NASA señaló que los científicos de la agencia espacial 'han determinado que el riesgo es muy pequeño y está dentro de los límites aceptables'.
'Estamos tratando de comprender exactamente la verdadera magnitud de la nube' de escombros, dijo a The Washington Post Kelly Humphries, portavoz del Centro Johnson de Vuelos Espaciales en Houston (Texas).
El diario, que citó a fuentes de la NASA, para su información señaló que esta es la primera vez que se registra la colisión de dos satélites intactos.
Agregó que los satélites que chocaron son uno puesto en órbita en 1997 por la NASA y el otro lanzado por la Agencia Espacial de Rusia en 1993 y que aparentemente había dejado de operar hace un tiempo.
La colisión, que el martes pasado produjo una nube de escombros, ha planteado un peligro para la Estación Espacial Internacional (EEI) que gira a una órbita de alrededor de 400 kilómetros de altura, según fuentes de la agencia espacial estadounidense.
Un portavoz de la NASA, citado por el diario The Washington Post en su página de internet, señaló que la dispersión de los escombros de la colisión podría obligar a los ocupantes del complejo a realizar una maniobra para reducir el peligro.
Cualquier objeto en el vacío espacial se desplaza a una velocidad de unos 28 mil kilómetros y cualquier colisión con otro que se desplace en dirección opuesta resulta en una desintegración total.
'En última instancia esos escombros irán bajando su órbita y si es necesario la estación está en capacidad de llevar a cabo una maniobra' para eludirlos, indicó el portavoz John Yembrick.
No obstante, la NASA señaló que los científicos de la agencia espacial 'han determinado que el riesgo es muy pequeño y está dentro de los límites aceptables'.
'Estamos tratando de comprender exactamente la verdadera magnitud de la nube' de escombros, dijo a The Washington Post Kelly Humphries, portavoz del Centro Johnson de Vuelos Espaciales en Houston (Texas).
El diario, que citó a fuentes de la NASA, para su información señaló que esta es la primera vez que se registra la colisión de dos satélites intactos.
Agregó que los satélites que chocaron son uno puesto en órbita en 1997 por la NASA y el otro lanzado por la Agencia Espacial de Rusia en 1993 y que aparentemente había dejado de operar hace un tiempo.
Fuente: EFE
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