El hermano desleal

Por Engels Ortiz Samanamud

El 21 de enero del 2008 acaeció el sensible fallecimiento del Ing. Roberto Morales estando en su calidad de rector de la Universidad Nacional de Ingeniería.
Unos días antes el decano de Ingeniería Civil, Facultad en la que se forjó el Ing. Morales desde el año 1959 en el que ingresó, y posteriormente en su condición de catedrático y decano por algunos períodos, y dentro de sus importantes contribuciones para el campo de la ingeniería civil estuvo el Centro de Investigaciones Sísmicas y Mitigación de Desastres (CISMID).
Por ello, el Dr. Jorge Alva como decano de la FIC solicitó al consejo universitario que confiera el grado de Doctor Honoris Causa al Ing. Roberto Morales por toda su contribución al desarrollo de la UNI, y por su amplia trayectoria académica y profesional.
La FIC hace este pedido enterada del inesperado resquebrajamiento en la salud del Ing. Roberto Morales, y en un afán de querer reconocer en vida su aporte en beneficio del país en muchos sectores.

Sin embargo, nadie se esperó la repentina noticia de que luego de una notoria mejoría en su salud se diera su fallecimiento el 21 de enero del 2008.
Hasta ahora habrá quedado para el recuerdo de la FIC-UNI cuando sus restos fueron llevados al patio de dicha Facultad y al costado del aula donde todos los jueves a partir de las 7 de la mañana dictaba el único curso de concreto armado desde que asumió el rectorado. Y frente a su ataúd el decano Jorge Alva al momento de su intervención muy consternado dijo: tanto pidieron su vacancia, ahí la tienen Dios la ha dado.
Era evidente que dichas palabras fueron dirigidas al Primer Vicerrector Padilla ahí presente, a quien le tocaría asumir el rectorado y quien meses atrás a través del grupo que encabeza en la UNI había fustigado por la vacancia al cargo de rector del Ing. Morales.
Como tampoco es novedad en la UNI y para la familia Morales que parte de ese linchamiento moral a la persona del Ing. Morales al interior de la UNI y a través de los medios de comunicación en el año 2004 en que se dieron las elecciones para el rectorado de la UNI, habían provenido de quien en más de una oportunidad con un cinismo profesional había manifestado sentirse como un hermano del Ing. Morales y que por tal le debía lealtad, términos que le costaron el que sea considerado irónicamente como el Vicerrector Lealtad.
Como alguien se puede decir hermano y estar en el dolor dando palabras de despedida sentida y acto seguido estar reuniéndose con su entorno y casi regodeándose de lo sucedido a quien llamaba hermano. Y pasado unos días llamar a la familia Morales para hacer lo antes posible realidad la ceremonia de entrega del Doctor Honoris Causa.

El Ing. Roberto Morales siempre vio con mucho denuedo ese tipo de homenajes póstumos, él decía que los homenajes se dan en vida, puesto que ya muerto como que no tiene mucho sentido.
Y que en todo caso más creía en la continuidad del legado forjado en vida, ello sería para él un verdadero y justo reconocimiento.
Traigo al recuerdo cuando en la UNI hace unos años se constituyó la distinción Antorcha de Habich, y el Primer Vicerrector Padilla hizo el pedido ante la comisión de otorgar esa distinción al Ing Morales, y su empecinado accionar por concretar eso, pero fue el Ing. Morales quien le agradeció ese pedido pero que ahí nomás quedaba.
Y es que si algo tenía muy presente el Ing. Roberto Morales fue siempre esa actitud principista de no claudicar a las convicciones.
Felizmente, que la muerte es la más democrática de las voluntades y cuando algún día esté enfrentada a ella, si es que se le fuera permitido, medite y reflexione sobre su accionar en contra de su hermano.