Se trata de un gen que se transmite a través del esperma y que también es responsable del mayor tamaño del hombre.
La razón de que los hombres vivan menos que las mujeres puede estar en el esperma, según un estudio de investigadores japoneses que demostraron en ratones que hay un gen que sólo se activa en el sexo masculino y que acorta la vida.
Este gen se transmite a la descendencia a través del esperma y es el responsable también de que los hombres sean más grandes que las mujeres, una característica que también implica una vida más corta.
Aunque el estudio fue realizado en ratones, los científicos consideran que las conclusiones se pueden aplicar al caso de todos los mamíferos, incluida la especie humana.
La investigación, realizada por el Instituto Nodai de Investigación de Tokio y publicada en la revista científica "Human Reproduction", giró en torno a un grupo de ratones que nacieron a partir del material genético de dos hembras y sin necesidad de aportación genética por parte de un macho.
Un total de 13 ratones "bi-maternales", como se definen en el estudio, fueron producidos a partir de la manipulación de ADN, de manera que los genes en los óvulos de hembras jóvenes se comportan como los incluidos en el esperma, dándoles la capacidad de fecundar.
Este gen se transmite a la descendencia a través del esperma y es el responsable también de que los hombres sean más grandes que las mujeres, una característica que también implica una vida más corta.
Aunque el estudio fue realizado en ratones, los científicos consideran que las conclusiones se pueden aplicar al caso de todos los mamíferos, incluida la especie humana.
La investigación, realizada por el Instituto Nodai de Investigación de Tokio y publicada en la revista científica "Human Reproduction", giró en torno a un grupo de ratones que nacieron a partir del material genético de dos hembras y sin necesidad de aportación genética por parte de un macho.
Un total de 13 ratones "bi-maternales", como se definen en el estudio, fueron producidos a partir de la manipulación de ADN, de manera que los genes en los óvulos de hembras jóvenes se comportan como los incluidos en el esperma, dándoles la capacidad de fecundar.
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