Richard Levins era un pensador profundo que dedicó su vida a una visión
emancipadora de la ciencia.
Traducción: Juan Duarte
Richard
Levins, el gran contestatario y científico, falleció el 19 de enero. Levins era
un pensador profundo que hizo contribuciones fundamentales a campos científicos
e intelectuales que van desde la ecología de las poblaciones y la teoría de la
evolución hasta la biología matemática, la salud pública y la filosofía de la
ciencia.
Su
extraordinario legado científico es igualado por su legado como revolucionario
y activista. Ubicado en la lista negra en los años 50s por su activismo, Levins
se trasladó entonces a Puerto Rico junto a Rosario Morales, su esposa y
compañera de toda la vida, y se convirtió en un miembro importante de los
movimientos puertorriqueños por la independencia y contra la guerra.
Levins fue también una figura destacada en la lucha contra el
determinismo biológico y continuó siendo un activista hasta el final de su
vida, a menudo dando conferencias sobre
su tema favorito: el uso de la dialéctica para comprender la complejidad y el
cambio tanto en las ciencias naturales como en las sociales.
Aunque no
conocí a Levins personalmente, pocas personas han tenido una mayor influencia
intelectual y moral en mí. Levins me mostró que era posible ser un científico
serio y un contestatario –una revelación para un joven adulto científica y
matemáticamente inclinado que creció durante el "Fin de la historia"
[Fukuyama]–. Él me enseñó a entender cómo los prejuicios de la "sociedad
burguesa" moldean nuestros puntos de vista sobre la ciencia y la
naturaleza, y me dio el coraje intelectual y moral de luchar por una visión
emancipadora de la ciencia.
Como
científico, Levins tenía una increíble habilidad para analizar sistemas
complejos –para examinarlos desde puntos de vista múltiples y contradictorios
al mismo tiempo– sin caer en las trampas seductoras del reduccionismo o el
pensamiento estático. En la década de 1960, Levins produjo una serie de
trabajos extraordinarios que ayudaron a lanzar el campo de la ecología de las
poblaciones –todo mientras se enfrentaba al acoso del FBI por su trabajo
activista en la izquierda puertorriqueña.
Estos
trabajos científicos combinan técnicas matemáticas sofisticadas con profundos
insights ecológicos para investigar los orígenes de la biodiversidad y la
evolución en ambientes fluctuantes. Levins se movió constantemente por
diferentes campos intelectuales, pasando a hacer contribuciones fundamentales
en áreas tan variadas como la modelación matemática de sistemas complejos, la
agroecología y ecología de las enfermedades.
Levins fue incluido en la Academia Nacional de Ciencias de EEUU
–la más prestigiosa organización de los científicos del país–, pero renunció
poco después en protesta por el papel de la organización en el asesoramiento a
los militares de Estados Unidos durante la guerra de Vietnam. Después de su
primera visita a Cuba en 1964, También se desempeñó como asesor científico del
gobierno cubano.
Levins expuso su enfoque para analizar el mundo en su libro El biólogo
dialéctico [The dialectical biologist], escrito con su compañero de toda
la vida y colaborador científico, Richard Lewontin. (La obra, cuyo título es
una alusión a la Dialéctica de la naturaleza de Engels, está dedicado "a
Federico Engels, quien se equivocó muchas veces, pero estuvo en lo correcto en
los momentos importantes.") En pasajes que estaban científicamente décadas
por delante de su tiempo, el libro describe una forma holística de ver la
naturaleza y el mundo –una perspectiva plenamente aceptada hoy por los nuevos
campos de la biología de sistemas y los sistemas complejos:
"El
punto de vista dialéctico insiste en que la persistencia y equilibrio no son el
estado natural de las cosas, sino que requieren de una explicación, que debe
ser buscada en las acciones de las fuerzas opuestas. . . Las fuerzas en
oposición son vistas como contradictorias en el sentido de que cada una tomada
por separado tendría efectos opuestos, y su acción conjunta puede ser diferente
del resultado de la acción aislada de cada una. . . Las relaciones entre los
procesos de estabilización y desestabilización se vuelven en sí mismos los
objetos de interés, y el objeto original es visto como un sistema, una red de
retroalimentaciones positivas y negativas."
Esta
perspectiva dialéctica subyacía al profundo escepticismo de Levins hacia, y su
lucha prolongada contra, el determinismo biológico y la sociobiología.
En uno de
los pasajes más increíbles del libro, Levins y Lewontin utilizan el ejemplo de
la gravedad para mostrar la inseparabilidad de los genes, el medio ambiente y
organismo. Señalan que las bacterias “están en gran medida fuera de la
influencia de la gravedad como consecuencia de su tamaño, es decir, como
consecuencia de sus genes. Por otro lado, están sujetas a otra fuerza universal,
el movimiento browniano de las moléculas, del cual [los seres humanos] estamos
protegidos por nuestro gran tamaño, de nuevo una consecuencia de nuestros
genes.”
Fuente:
http://www.laizquierdadiario.com/
Levins expuso su enfoque para analizar el mundo en su libro El biólogo dialéctico [The dialectical biologist], escrito con su compañero de toda la vida y colaborador científico, Richard Lewontin. (La obra, cuyo título es una alusión a la Dialéctica de la naturaleza de Engels, está dedicado "a Federico Engels, quien se equivocó muchas veces, pero estuvo en lo correcto en los momentos importantes.") En pasajes que estaban científicamente décadas por delante de su tiempo, el libro describe una forma holística de ver la naturaleza y el mundo –una perspectiva plenamente aceptada hoy por los nuevos campos de la biología de sistemas y los sistemas complejos:
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