Los centros universitarios deben adaptar instalaciones y programas docentes para que los estudiantes puedan acceder a la misma formación sin tener en cuenta su discapacidad.
- La Universidad debe ejercer un papel importante en el camino hacia la integración y el acceso igualitario de estudiantes.
- Estos son algunos de los rasgos propios de las universidades que apuestan por una enseñanza adaptada e integradora.
- Los campus deben contar con instalaciones y servicios que faciliten su uso a todo tipo de estudiantes.
Nadie duda de la capacidad de la Educación Superior para ofrecer una formación y acceso a oportunidades que preparen a los estudiantes para su futuro laboral y les dote de las herramientas y habilidades necesarias para su evolución personal y profesional.
Pero si hablamos de estudiantes con algún tipo de discapacidad, ¿podemos asegurar que la Universidad está preparada y, sobre todo concienciada, de su responsabilidad en ofrecer un espacio adaptado y que favorezca la integración?
¿Con qué cuenta una Universidad adaptada?
1. Instalaciones adaptadas
Es esencial que las universidades cuenten con espacios adaptados y coninstalaciones que faciliten la asistencia a clase de personas con discapacidades visuales o auditivas.
Tanto las aulas, las bibliotecas o las zonas de esparcimiento deben poder ser usadas por todos los estudiantes y contar con asistencia.
2. Profesionales de apoyo
El equipo docente y administrativo debe estar apoyado por profesionales expertos en integración y que ayuden a que los estudiantes con necesidades especiales puedan realizar las mismas actividades que cualquier otro estudiante.
Por ejemplo, es importante que la Universidad cuente con expertos en lenguas de signos o material en braille, cuando se organicen seminarios o actividades complementarias a cada materia o grado universitario.
3. Acceso a oportunidades laborales
La mejor manera de demostrar la perfecta integración de los estudiantes y la apuesta de la Universidad por un sistema formativo adaptado se basa en que los egresados con discapacidad puedan acceder a las mismas oportunidades laborales, realizar prácticas profesionales y contar con convenios que faciliten su orientación laboral y acceso a un empleo.
4. Programa basado en la integración e igualdad de oportunidades
Para garantizar un sistema educativo integrador e igualitario, la Universidad debe comenzar trabajando en una guía donde tenga en cuenta todos los detalles que se han de cumplir para ofrecer un espacio apto para todos los estudiantes.
Además, es importante que las instituciones educativas apuesten por convenios y colaboraciones que faciliten el acceso, la integración y la normalización en la asistencia a las clases.
5. Visibilidad y normalización
Por último, pero no por ello menos relevante, todo proyecto integrador sobre todo en el entorno educativo debe tener como objetivo demostrar la validez de todos los egresados y que todos cuenten con la misma preparación y acceso a los mismos medios.
Con esta normalización educativa no existirán motivos para hacer diferencias entre egresados y visibilizar que las competencias formativas están por encima del grado de discapacidad del estudiante.
Fuente: Universia
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