miércoles, 8 de septiembre de 2010

¿Por qué los asiáticos orientales son buenos en matemáticas?

Por Queena Lee-Chua

Singapur, Japón, Corea del Sur, Taiwán y Hong Kong son usualmente los países que poseen los mejores estudios internacionales de habilidades matemáticas y científicas a nivel mundial.
Los países que esperan imitar este éxito, como los Estados Unidos de América, Reino Unido, Alemania, logran baja puntuación en las Trends in International Math and Science Study (TIMSS), mientras Filipinas languidece en la parte última de la lista, con países como Marruecos y Colombia.

Lengua

Se presentan diversas razones para la excelente actuación de los estudiantes del Asia Oriental. Cuando me enfrenté con las tablas de multiplicación cuando era niña, probé distintas formas de memorizarlas de la manera más sencilla (cuando todos nosotros nos lo topamos, tenemos que memorizarlos). Mis profesores fueron creativos-usaban canciones, juegos, tarjetas para hacer de ese proceso menos doloroso.
Pero cómo golpeo en mi mente el sonido de mi madre y mis primos haciendo multiplicación en Fookienese (Nota del traductor: el término “Fookienese” se refiere al dialecto del mandarín, hablado por casi 1 millón de chinos que viven en Filipinas). Los números en inglés, como seven, toman un tercio de segundo para pronunciarlo, mientras que su equivalente chino (como qi) toma menos de un cuarto de segundo.
Las diferencias no parecen ser significativas, pero cuando las palabras son incorporadas en las frases, sucede todo lo contrario. Por ejemplo, la frase en inglés “2 (times) 7 (is) 14″ consiste en ciertos lugares de cinco a siete sílabas, dependiendo como lo dicen. El mandarín equivalente, er qi shuqi, consiste solo en cuatro sílabas, tomando menos de dos segundos en pronunciarlo.
El inglés no es exactamente propicio para las matemáticas. Por ejemplo, fourteen, sixteen, seventeen, eighteen y nineteen tienen sentido, pero ¿por qué no oneteen, twoteen, threeteen, fiveteen? (Pienso fourteen como four-ten, sixteen como six-ten, y así sucesivamente)
Para añadir a la confusión, desde 14 es four-ten, ¿por qué 21 es twenty-one, y no one-twenty? En 14, las unidades son ubicadas primero, mientras que las decenas toman el último lugar, para 21 sucede lo contrario.
Para nosotros que formamos parte de este sistema, las diferencias podrían parecer insignificante, pero no para los niños que luchan en los grados primarios de su educación (y cuya vida matemática son arruinados para siempre)

¿Cómo la lengua China aborda estos números? Eleven es ten-one, 12 es ten-two, 23 es two-tens-three, 67 es six-tens-seven. Sin problemas.

“Esa diferencia significa que los niños asiáticos aprenden a contar mucho más rápido que los niños americanos,” dice el escritor de negocios y ciencia, Malcolm Gladwell, en su nuevo y provocativo libro “Outliers: The Story of Success”. “Los niños de cuatro años de edad pueden contar, en promedio, hasta cuarenta. Los niños americanos, a esa edad, pueden contar solamente hasta quince, y la mayoría no llega a cuarenta hasta la edad de cinco años. A esa edad, en otras palabras, los niños americanos ya están atrasados un año en comparación de sus pares asiáticos, en relación a las habilidades matemáticas más fundamentales.
Las operaciones básicas son también más convenientes en chino. Gladwell nos da este ejemplo: 37 + 22. Un niño de habla inglesa, primero tiene que convertir los números en su cabeza y luego hacer matemática. El niño chino solo tiene que agregar tres-decenas-siete y dos-decenas-dos, y la respuesta es correcta en esta frase: cinco-decenas-nueve.
Gladwell también comenta acerca de las fracciones, la perdición de muchos niños. Un medio no es fácil de captar en inglés, tampoco lo es dos tercios. Pero en chino, un medio es pronunciado como ” de dos partes, tomo uno” y dos tercios es “de tres partes, tomo dos.” Esto hace las fracciones intuitivamente más fáciles de entender.

Problemas con la matemática

Los problemas con la matemática empiezan alrededor del tercer o cuarto grado de educación primaria. Gladwell cree que para los niños de América, “la matemática no parece hacerse sentir, su estructura lingüística es tosca, sus reglas básicas parecen arbitrarias y complicadas.”
“Los niños asiáticos, en contraste, no sienten la misma confusión, ” continúa. “Quizá eso hace que tengan un poco más de probabilidades de disfrutar la matemática, y tal vez porque disfrutan la matemática un poco más, prueban un poco más y toman más clases de matemática y están más dispuestos para hacer sus tareas, y de esta forma, se crea una especie de círculo virtuoso. “

Trabajo duro

Puede ser que la mejor explicación para las habilidades chinas en matemáticas sea simplemente un plan de práctica y trabajo duro. Localmente, las escuelas chinas, como el Chiang Kai Shek College, que enseña matemática dos veces al día, una vez en chino y la otra en inglés, ya tienen una ventaja acumulada. Los estudiantes son dos veces expuestos, y tienen doble tarea y doble la oportunidad de desarrollar sus habilidades matemáticas. Entonces, no asombra que destaquen en competiciones nacionales e internacionales.
Si las escuelas filipinas tuvieran doble periodos diarios de matemática, entonces tal vez puedan sobresalir.

¿Por qué los asiáticos orientales trabajan muy duro? La respuesta común es la cultura confuciana que espera que los niños hagan todo lo posible por respeto a sus familias y la sociedad. También, en China antigua, la única forma para que un campesino mejore su estado de vida fue pasar por el servicio de exanimación civil, y esto conllevó un montón de estudio (y sacrificios por parte de los parientes).
Las historias de éxito de inmigrantes coreanos y vietnamitas en occidente giran en torno a la supervisión de los padres sobre los hijos, mientras estos hacen sus tareas, hacinados en la mesa de la cocina.
La misma situación ocurre en Filipinas. En sendas familias chino-filipinos, los parientes toman toda la responsabilidad de la educación de sus niños. Sí, puede sonar dominante a veces, y sobre protector, pero los resultados son evidentes.
En los seminarios escolares, pregunté a los niños cuántas veces van a las clases de tutoría después de la escuela. Menos de un tercio lo hace en muchas escuelas chinas, ya que los padres son sus principales tutores. Pero en la mayoría de escuelas filipinas, más de la mitad tienen 3-5 horas de tutoría diaria, ya que sus padres están en el trabajo o, como algunos niños dicen, “No quiero a mami para que me oriente porque siempre peleamos.”

¿Los parientes chinos tienen que trabajar? La mayoría de ellos lo hace, pero todavía tienen tiempo y paciencia para enseñar a sus hijos.
Gladwell propone una fascinante teoría: Los asiáticos orientales trabajan muy duro porque vienen de una cultura del arroz. ¿Qué tiene que ver el arroz con las matemáticas? Descúbrelo la próxima semana.

*****

Después de esta rápida lectura, seguramente se han familiarizado con su contenido, y sobre todo con el mensaje que refleja. Es cierto, en muchos países se está perdiendo ese momento de enseñanza de padres a hijos. Se pretende sustituir esa función con tutorías elaboradas por los centros de estudios.
Precisamente en Lima, existen muchas instituciones educativas que entre sus ofertas presentan la tutoría como parte del sistema de enseñanza. Lamentablemente, a veces este sistema no va en favor del desarrollo del niño, sino apoya la irresponsabilidad de los padres como orientadores principales de la educación.
Finalmente, podemos mencionar que los asiaticos orientales son exitosos porque su idiosincracia hace que eso suceda. No es sólo trabajo de un centro de estudio, sino de toda una sociedad. Una sociedad que entiende que para triunfar en este nuevo sistema económico-social se tiene que fortalecer la educación, pero sobre todo la educación matemática.

Fuente: http://edumate.wordpress.com/

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