Con ingresos anuales por US$160 millones, la Universidad San Martín apuesta por el fútbol, la hotelería y las aerolíneas.
- Carlos Hurtado de Mendoza
- Coordinador de Día_1
- @Carlos_HdM
Esta mañana, poco antes del mediodía y apenas reanudadas la actividades académicas en las universidades peruanas –tras el receso de Fiestas Patrias– el rector de la Universidad de San Martín de Porres, José Antonio Chang, estará inaugurando dos nuevos edificios en el campus principal de esta casa de estudios, ubicado sobre más de 100 hectáreas en el distrito de Santa Anita. La mención no tendría nada de singular si no fuera porque da señas de la velocidad con que la universidad reinvierte sus excedentes. Desde hace por lo menos una década la San Martín apuesta de manera muy agresiva –a veces sin parar ni después de los feriados más importantes del calendario– y no solo en el ámbito educativo.
En efecto, durante los últimos 10 años la San Martín ha invertido en hotelería, con la adquisición del ex hotel Pardo Las Américas (Miraflores); en el alicaído fútbol profesional peruano, con la compra del ascenso a la Primera División del club Deportivo Coopsol (a favor del Club San Martín); y en el complicado sector aeronáutico, haciéndose copropietario de la aerolínea LC Perú, la quinta más importante del mercado doméstico.
"La San Martín ha optado por diversificar sus inversiones y creo que es lo más eficiente y más recomendable para una institución de su tamaño”, apunta al respecto el economista Magín Pérez, catedrático de esta casa de estudios y consultor especializado en temas de construcción, turismo y gastronomía. Tiene sentido, a juzgar por las cifras que reporta esta universidad: 22 carreras profesionales, tres sedes en Chiclayo, Lima y Arequipa, más de 32 mil alumnos matriculados a escala nacional, más de 2.500 trabajadores y más de 40 mil profesionales graduados desde su inauguración en 1962.
“La San Martín facturó alrededor de US$160 millones en el 2015”, destaca a Día1 José Carlos Lumbreras, gerente de Desarrollo de Proyectos de Perú Top Publications, consultora que, con base a información publicada en la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV) hasta el 2013 –luego, dice, la San Martín ya no compartió nada con esta entidad– y a la data que ha difundido la propia universidad, ha registrado estos ingresos como parte de su investigación “Las 10 mil principales empresas del Perú”.
En el dosier, por cierto, esta casa de estudios es superada, en facturación, por la Universidad César Vallejo (UCV), con US$196,1 millones anuales, y por la Universidad Alas Peruanas, con US$154,5 millones. También, igual que estas universidades, la San Martín ha sido investigada por el Jurado Electoral Especial Lima Centro 1 por su supuesta vinculación con un partido político, en este caso: el APRA, algo que –por cierto– ha provocado no pocas investigaciones periodísticas que sugieren la participación de empresarios apristas en la propiedad de la universidad.
Pero, al margen de esta discusión y de otras que se cuestionan si el desempeño a nivel empresarial de la San Martín ha ido de la mano con su performance en los ránking internacionales que miden la calidad educativa de las universidades peruanas [como el lector podrá corroborar en la gráfica que acompaña este informe, la institución está sexta, entre las peruanas, en el QS University Ranking Latin America 2016, que evalúa a las universidades según su nivel de enseñanza, investigación, reputación de los egresados y sueldos; y novena, también entre las peruanas, en el ránking Scimago Lab, que las califica de acuerdo al grado de investigación científica que realizan], lo cierto es que –señala Magín Pérez– es eficiente llevar el dinero a otros sectores, tal cual hace el grupo Intercorp, por ejemplo, que invierte en educación y otros mercados.
“La economía es cíclica, si tienes todo en una sola actividad puede que te vaya de maravilla cuando el viento corra a favor de tus inversiones, pero te irá muy mal si sucede lo contrario”, explica.
Así las cosas, ¿qué tan rentables han sido las apuestas de esta casa de estudios en sectores distintos al educativo? Tras haber agotado las invitaciones a discutir el tema con el rector José Antonio Chang, decidimos poner sobre el tapete, junto a especialistas en márketing y reputación, turismo y negocios aerocomerciales, las experiencias de la universidad en el fútbol profesional peruano, la hotelería y las aerolíneas.
Apuesta y retorno
¿Qué gana la universidad con el club Deportivo San Martín, hoy colero en el Campeonato Descentralizado, con 20 puntos conseguidos a la fecha y nada menos que a 29 puntos del líder Sporting Cristal?
Miguel Ugaz, director de Contenidos de MU Márketing & Content Lab, explica que dinero no es precisamente lo que consigue la San Martín con esta apuesta deportiva. “Ni la San Martín ni la UCV están obteniendo retornos de sus clubes. Existe, sí, un ingreso no cuantificable que corresponde a la difusión de sus marcas gracias a la popularidad del fútbol, pero no mucho más”, comenta. Vale destacar que, según el portal web Transfer Markt, la plantilla del club está valorizada en US$8,36 millones, un nada despreciable monto.
En cambio, las cosas parecen estar más claras en los ámbitos de la hotelería y las aerolíneas. El presidente de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur), Fredy Gamarra, acota que un jugador de las espaldas financieras de la USMP es vital para el crecimiento del sector, además de proveer de una invalorable oportunidad de practicar profesionalmente a los estudiantes de turismo y hotelería que pertenecen a esta casa de estudios. Por la misma razón –la San Martín cuenta con una facultad de Ciencias Aeronáuticas– Carlos Gutiérrez, gerente general de la Asociación de Empresas de Transporte Aéreo Internacional (AETAI), considera que los US$50 millones que habría inyectado la universidad a LC Perú, para sumar nueve aviones Boeing a su flota, es útil.
De igual parecer es el representante comercial del fabricante de aviones Cessna en nuestro país, Djordje Velickovich, quien destaca que la USMP acaba de invertir cerca de US$1 millón en 11 simuladores y dos aviones para sus más de 300 estudiantes de ciencias aeronáuticas. “Ellos se emplearán luego en el mercado aerocomercial peruano, que los necesita urgentemente”, dice. Ya veremos si da el resultado esperado tamaña apuesta a futuro.
Fuente: El Comercio
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