Paula Molina
Aunque tiene lugar en Estados Unidos, la salida a bolsa de la empresa de educación privada Laureate ha causado escándalo al extremo sur del continente, en Chile.
Laureate opera en 25 países, desde Perú a Turquía. Y uno de ellos es Chile, donde reportó más de US$500 millones de beneficios. El problema es que enChile el lucro en las universidades privadas está prohibido por ley.
Así que los chilenos se han preguntado insistentemente en los últimos días si Laureate, de la que el expresidente estadounidense Bill Clinton fue su "canciller honorario" durante cinco años, opera en forma legal o no, y cómo pudo obtener las ganancias que reporta.
Creciente demanda
Laureate es la institución de educación con lucro más grande de Estados Unidos, aunque tiene al 90% de sus estudiantes fuera de ese país y el 85% en naciones que la empresa describe "en vía de desarrollo".
La empresa, de hecho, no era demasiado conocida en su país de origen hasta que apareció mencionada en la campaña presidencial, cuando Donald Trump cuestionó el lazo de la compañía con Clinton, quien recibió US$16,5 millones de Laureate por sus servicios entre los años 2010 y 2014.
El grupo ha reportado ganancias millonarias a través de un modelo de negocios que ofrece cursos orientados al empleo y a un agresivo gasto en publicidad, el mismo que floreció en EE.UU. hasta 2010.
En ese año, en medio de las crecientes deudas de los alumnos, distintas acusaciones de fraude y reportes críticos, el gobierno de Barack Obama anunció una regulación más estricta para el sistema.
En un reporte del año 2010, de la ONG The Education Trust estableció que los estudiantes de estas instituciones con fines de lucro tenían menos opciones de obtener un título universitario y sus deudas doblaban o triplicaban las de los estudiantes de universidades públicas o sin fines de lucro.
Grupos como este han encontrado una creciente demanda por educación superior en países donde nuevas familias se han incorporado a la clase media y buscan el progreso a través de la educación.
Laureate opera en ocho países latinoamericanos, Brasil, México y Perú entre ellos. En Chile, el grupo posee tres universidades y otras dos instituciones de educación superior con más de 177.000 inscritos.
Sus esperanzas contrastan con la experiencia del fundador del grupo, Douglas L. Becker, que no asistió a la universidad.
Para efectos de salir a la bolsa, Laureate se describió como una empresa que lucra y en el detalle de sus utilidades, especificó que Chile fue la cuarta fuente de ingresos de la empresa durante el 2015 y que sólo en ese período sumó US$536 millones provenientes del país.
Acusaciones
"Por algún lado están sacando el lucro", afirmó la ministra de Educación chilena, Adriana Delpiano, que encabeza una reforma educativa para, entre otras cosas, destinar más fondos estatales a la educación superior sin que el dinero termine en instituciones que no cumplen la ley o no den garantías de calidad a sus estudiantes.
También se analiza la opción de sancionar el lucro con penas de cárcel.
Laureate respondió a la ministra en un comunicado público y a través de insertos de prensa, criticando que se la esté acusando "de infringir la ley sin tener sustento legal que la avale".
Efectivamente, el grupo no ha sido condenado en Chile, aunque la justicia lo indaga por presunto fraude al fisco y posibles delitos tributarios, según confirmó un fiscal del Ministerio Público en medio de la controversia. También el Ministerio de Educación está investigando al grupo.
Hacer cumplir la ley que prohíbe el lucro en las universidades ha sido una de las principales demandas del movimiento estudiantil chileno, y aunque algunos sectores consideran que el lucro no es incompatible con el desarrollo educativo, lo cierto es que el lucro hoy es ilegal.
La sospecha que circula en el país es que hay empresas que han burlado la legislación a través de distintas maniobras como el arriendo de inmuebles o venta de servicios, o que aprovechan los vacíos en la legislación que hoy se está revisando.
El grupo se defiende. El director de Laureate para la región andina, Jesús Villate, denunció una "campaña del terror" contra la empresa en el país y declaró a la prensa chilena que la ley sólo prohíbe repartir excedentes en las universidades y que los contratos con empresas "relacionadas" no constituyen delito.
Según declararon los abogados de Laureate en Chile el pasado junio, el negocio del conglomerado es la "venta de servicios" a las mismas universidades que opera a través de personas jurídicas relacionadas. Es el dinero de esos contratos el que sale del país, afirmaron.
"Son martingalas, leguleyadas", dice la investigadora María Olivia Monckeberg, consultada por BBC Mundo sobre las explicaciones que la compañía ofrece ante los sucesivos cuestionamientos que ha enfrentado. Monckeberg es Premio Nacional de Periodismo y autora de tres libros sobre el negocio de la educación privada en Chile.
La investigadora, directora en la Universidad de Chile, también sostiene que ha existido "tráfico de influencias" en la operación de Laureate en el país. Cita el caso de exministros de Pinochet y del gobierno democrático que lo sucedió, que han sido o son parte de los directorios de sus universidades.
No es el único
Laureate no es el único grupo universitario que ha sido acusado de no respetar la ley de Educación en Chile a través del lucro. En 2012, un informe parlamentario estableció que existían "sospechas fundadas" de que al menos seisuniversidades (incluyendo las de Laureate) lucraban en el país.
Las autoridades, los reguladores y la opinión pública se enfrentan a un dilema en el caso Laureate. Cualquier decisión en torno al grupo afectaría también a miles de estudiantes chilenos.
El caso quedó claro cuando el diputado y exdirigente estudiantil Giorgio Jackson llamó a los estudiantes a no matricularse en las universidades del grupo.
Sus dichos son "un insulto a aquellos que somos primera o segunda generación de estudiantes universitarios", le respondió en forma pública un estudiante de derecho de la Universidad Andrés Bello, controlada por Laureate, aseverando que, de no existir las universidades privadas, jamás podrían haber cursado las carreras que hoy estudian.
Fuente: http://www.bbc.com/
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