martes, 18 de febrero de 2014

Obispos se pronunciaron en contra de nueva ley universitaria

La Conferencia Episcopal Peruana (CEP) manifestó hoy su oposición al dictamen de la Ley Universitaria que impulsa la Comisión de Educación del Congreso, y exhortó a los protagonistas de la materia educativa a debatir cómo lograr el desarrollo de la universidad peruana sin transgredir su autonomía y derechos.
"El documento actual (proyecto de nueva Ley Universitaria) dejaría mal al Perú porque insinuaría que no solo el sistema universitario necesita ajustes, sino que los necesita todo el aparato estatal que produce este tipo de leyes. Es poco imaginable que las universidades de la Sierra pudieran cumplir con el proyecto previsto, menos aún las pocas de la Selva", indica un comunicado elaborado por la CEP, y leído en conferencia de prensa por su presidente, monseñor Salvador Piñeiro.
Él estuvo acompañado por el secretario general del CEP, monseñor Fortunato Pablo Urcey; el arzobispo de Trujillo, Miguel Cabrejos; el obispo de Chosica, Norberto Strotmann; y el obispo auxiliar de Trujillo, José Travieso Martín.
Ellos consideraron positivo que se busque mejorar el panorama de la universidad peruana; sin embargo, puntualizaron que el diálogo entorno a este tema debería ser alturado, sin polarizar ni poner en riesgo a las casas de estudio del país.
Y, debido a "sus evidentes deficiencias de redacción y contenido", consideraron inconveniente la aprobación del referido dictamen.
En el comunicado también se critica que la propuesta legislativa busca "superar" las deficiencias ocasionadas por la oferta universitaria de precaria calidad a través de un "control estatal camuflado".
"La aplicación del proyecto anularía o, al menos, reduciría la capacidad de muchas universidades peruanas buenas, más aún las excelentes, sin tener el efecto promotor deseado. A lo mejor, nivelaría a la universidad peruana hacia una escala internacional inferior", se señala.
CRÍTICAS Y PROYECCIÓN
La CEP señaló que, aunque comparte muchos valores y necesidades que la nueva ley reclama, su diseño organizacional resulta exageradamente centralista y vertical, y establece un modelo que no permitiría desarrollar la educación universitaria en el país.
"Se trasluce del proyecto que sus autores manejan bien la organización "vertical", de poco peso organizacional en nuestra época. En la escala de valores de los autores, se acentúa, casi hasta la exclusividad, una orientación pragmática y tecnicista", manifesta el pronuciamiento.
A pesar de ello, los representantes católicos acotaron que sería adecuado puntualizar entre tres y cinco problemáticas del sector universitario que requieran solución inmediata, para que sean vistos por una comisión pequeña, pero cualificada.
Asimismo, exigieron que se diseñe una política de aplicación que respete la autonomía universitaria, se brinden incentivos positivos evitando el control burocrático desinformado y se eludan modelos centralistas.
 
Fuente: El Comercio

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