lunes, 4 de enero de 2010

Vivimos un nuevo centralismo: el de los profesionales tradicionales

Imagínese nuestro Estadio Nacional, con capacidad para 45 mil personas, abarrotado de gente. Imagínese esa cantidad de personas multiplicadas por 10. Eso y algo más es la cantidad de jóvenes que –sólo en 2007- postularon a la universidad, según cifras de la ANR. De este enorme grupo humano, que sobrepasa las 468 mil almas, unos 183 mil consiguen engrosar las filas de los universitarios.
Saturación

Este panorama sería alentador, considerando el alto índice de profesionales que a su vez se esperaría cada año como egresados, de no ser porque el 50% de la demanda educativa de los jóvenes se concentra en tan sólo 10 carreras de las más de 160 que se ofrecen a nivel nacional. Las llamadas carreras tradicionales, como Medicina, Derecho, Contabilidad o Educación; siguen liderando la preferencia de las personas, aún cuando éstas profesiones no sintonizan con el momento económico del país, ni con su actividad productiva.
Por tomar un ejemplo, podemos mencionar la situación de los contadores en nuestro país. Las cifras de la ANR señalan que en 2007 ingresaron a estudiar esta carrera más de 11 mil personas, aún cuando ya existían en el sistema universitario otros 42 mil estudiantes en curso. Todo esto, sin contar la cantidad de contadores (entre egresados, bachilleres y titulados) que ya están en el mercado. Así las cosas, ¿cómo no esperar un mercado saturado?

¿Qué estudiar?

Para tomar esta decisión se requiere – primero- despercudirse de la preconcebida tentación de estudiar lo tradicional. Segundo, analizar hacia dónde va nuestro país en materia de producción. En esta parte podemos mencionar los sectores más productivos y que estén asociados a la cadena de valor del país, tales como la minería, la construcción, los servicios, etc; y las carreras que ayuden a su profesionalización o especialización, llámense Ingeniería Metalúrgica, Urbanismo u Hotelería y Turismo, por poner algunos ejemplos.
Por último, es indispensable la abundante información, sumergirse en las universidades y en sus ofertas de estudio, abrir los horizontes y tomar en consideración carreras novedosas o poco tradicionales y que responden a los mercados emergentes. ¿Cuántos saben – por ejemplo- que la música se ofrece como carrera profesional en la UPC? ¿Qué sabemos de la carrera de Psicología Organizacional en ESAN? ¿Cuántos han pensado en convertirse en profesionales del Grabado en la Católica?

Fuente: Universia Perú

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