domingo, 4 de diciembre de 2016

Vivienda vulnerable: Los materiales y procedimiento constructivo

Por Isaac Ortiz Samanamud

El título de propiedad y la vivienda construida sobre ese terreno debería como dice Hernando de Soto servir de garantía para que los emprendedores peruanos accedan al crédito y puedan actuar formalmente en el crecimiento de la economía. Pero ¿Qué entidad financiera brindaría crédito si este bien inmueble está sobre un terreno de muy baja calidad y ubicado en zonas de desastres como huaicos, derrumbes o inundaciones, o están mal construidos sin ninguna asistencia técnica y control de calidad?
Es una verdadera lástima que muchas familias hayan invertido por años comprando cemento, ladrillo, varillas de fierro, arena, piedra, y demás materiales de construcción y hayan perdido el valor de los mismos al no haber tenido asistencia técnica, y menos control de calidad durante el proceso constructivo, seguramente pensando que contratar ello es un sobre costo.
 
Aquí un ejemplo que vemos muy recurrentemente:
Es muy común que en estos tiempos veamos los famosos trompitos o tolvas que son máquinas que sirven para mezclar la piedra, arena, cemento y el agua y producir concreto que luego es conducido para llenar alguna columna, viga o losa en la edificación. Sucede que este concreto debe tener una resistencia determinada por ejemplo para elemento estructural no menor de 210 kg/cm2, y debería hacerse siguiendo proporciones debidamente estudiadas previamente. Un hecho recurrente es que las personas que están participando en el proceso indican que la mezcla está saliendo muy “seca” lo cual está generando en los trabajadores incomodidad en el traslado y colocación, entonces se escucha un grito decir…., “échale más agua car…o, está muy seca” y todos se suman a ello, entonces el maquinista muy obediente toma un balde y lo echa, hasta que la mezcla “suelte”. Con esto lo que han realmente hecho es afectar negativamente la resistencia del concreto, puesto la relación agua – cemento es muy sensible, y es una relación que gobierna la resistencia final. 

Otro ejemplo es: 
Que muchas veces la dirección en la que colocan las viguetas de los techos es en el sentido equivocado, con lo cual la estructura no se comportará adecuadamente, e incluso variaciones en las ubicaciones de columnas y vigas y sus dimensiones lo hacen en base a la “experiencia” dicen los encargados del momento. Esto finalmente lo único que hace es destruir el valor de los materiales que aun siendo buenos al ser mal usados terminan confeccionando algo de pobre resistencia y calidad.
Pregunto: ¿Usted compraría una vivienda ubicada en una zona riesgosa, que no tiene planos de construcción, que se sabe no ha habido asistencia técnica en el proceso constructivo? Lo más seguro es NO, y lo peor de todo es que la familia si ha invertido en ello, y no tiene valor, eso se llama DESTRUCCION DEL VALOR. Y no solo queda ahí, sino que con seguridad colapsará en un evento sísmico de gran magnitud y podría poner en riesgo la vida de sus ocupantes.

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