El rector de la Universidad de Panamá (UP), Gustavo García de Paredes, hizo que dinero del Estado se convirtiera, de un plumazo, en fondos de una fundación privada que no admite ser auditada por la Contraloría General. Para ello, García de Paredes solo tuvo que hacer uso de su bolígrafo. Licenciado en filosofía con énfasis en historia, el funcionario también sabe hacer historia, al convertirse en cinco ocasiones en rector de la UP y gobernar la institución por 18 años. Un año después de hacerse rector por primera vez, presidió la primera reunión de la Fundación Universidad de Panamá (Fudep) –en 1995– creada –según el papel– para gestionar apoyo financiero, académico, científico, artístico y tecnológico para la UP.
Desde entonces, mucho dinero ha corrido por las cuentas bancarias de Fudep, para lo cual, el rector –que repite que la fundación nada tiene que ver con la UP– pactó múltiples acuerdos que pretenden legitimar que fondos públicos se conviertan en capital privado. El propio rector envió a La Prensa dos de esos pactos con Fudep.
Ejemplo de esta práctica se aprecia en el proyecto “Sistema de Incubación para el Desarrollo Empresarial”, (Sidep) “Sistema de Incubación para el Desarrollo Empresarial”, (Sidep), financiado por el Estado y el Gobierno de Taiwan.
En la página web de la Universidad se divulgó como una iniciativa ejecutada por la Autoridad de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Ampyme) y las universidades Latina, Tecnológica y la UP.
Desde entonces, mucho dinero ha corrido por las cuentas bancarias de Fudep, para lo cual, el rector –que repite que la fundación nada tiene que ver con la UP– pactó múltiples acuerdos que pretenden legitimar que fondos públicos se conviertan en capital privado. El propio rector envió a La Prensa dos de esos pactos con Fudep.
Ejemplo de esta práctica se aprecia en el proyecto “Sistema de Incubación para el Desarrollo Empresarial”, (Sidep) “Sistema de Incubación para el Desarrollo Empresarial”, (Sidep), financiado por el Estado y el Gobierno de Taiwan.
En la página web de la Universidad se divulgó como una iniciativa ejecutada por la Autoridad de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Ampyme) y las universidades Latina, Tecnológica y la UP.
El proyecto, de $4.1 millones, buscaba estimular a los egresados a emprender y subsanar “deficiencias” de su formación académica y práctica en la formación de nuevas empresas. Las universidades participantes aportarían $500 mil en especie; Taiwan otros $500 mil y el Gobierno de Panamá $3.1 millones.
La lista de los “miembros visionarios del proyecto” la encabeza el “rector magnífico de la UP”, seguido de los rectores de las otras universidades, dice el documento de Sidep del 8 de febrero de 2010.
El organismo ejecutor fue Ampyme; los participantes, las universidades, los gremios de microempresas, mientras que los beneficiarios fueron los estudiantes, docentes y micro y pequeñas empresas.
En ninguna parte del documento se decía que Fudep recibiría fondos, como luego lo pidió García de Paredes
Hecho el proyecto, la UP –representada por el rector– firmó un convenio con Ampyme, que efectuaría los desembolsos a las universidades. Pero antes de que esto pasara, nuevamente intervino García de Paredes para solicitar que el pago se hiciera a Fudep, sustentado en un convenio previamente pactado.
El cheque lo cobró Fudep y como por arte de magia, lo convirtió en una donación. ¿Cuál fue el destino de esta “donación”? Eso tendrá que determinarlo la auditoría que le hará la Contraloría a Fudep, anunció ayer el contralor Federico Humbert.
La Prensa preguntó al rector: ¿Por qué pidió a Ampyme que el pago de $180 mil se hiciera a Fudep? y ¿qué se hizo con ese capital? De Relaciones Públicas de la UP enviaron un comunicado que no respondía las preguntas, pero dijeron que “todos los fondos recibidos por Ampyme fueron dirigidos a la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado”, que los administró, y que los cheques eran firmados por la vicerrectoría y la Contraloría, afirmó el vicerrector, Juan Antonio Gómez Herrera.
Al indicarle que no respondieron las preguntas, Gómez agregó: “No hay ninguna orden para que eso se manejara en la fundación, se hizo a través del convenio Ampyme-UP”. Pero los facísmiles demuestran lo contrario.
Sobre este proyecto existe una denuncia en la Autoridad Nacional de Transparencia, interpuesta en 2011, por posibles irregularidades.
“Ampyme aportó su componente pactado... Sin embargo, Taiwan jamás cumplió con su parte, por lo que lo presupuestado no llegó a las arcas de Ampyme”, dijo la exadministradora de Ampyme Giselle Burillo. La Embajada de Taiwan en Panamá afirmó que sí desembolsó el dinero, pero el Gobierno lo usó en otro proyecto.
“Somos como una especie de control que tienen las personas interesadas [en contratar a la UP] para que se manejen los fondos con transparencia… Somos un triángulo”, dijo Virgilio Vásquez Pinto, directivo de la fundación, describiendo el papel de intermediario de Fudep.
¿Y los aportes de Fudep a la UP?
“La matrícula en línea que costó $100 mil lo pagó la fundación, un [aparato de] rayos X portátil; el arreglo del laboratorio de química y de biología y un equipo de rayos X”, dijeron los directivos, pues –contrario a lo que se dice– Fudep “produce pérdidas”, subrayaron.
Fuente: La Prensa
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