Por: Jorge Luis Vallejo
Politólogo- Profesor adscrito al Departamento de Ciencias Jurídicas
Empezamos el 2011 y se han instalado ya las nuevas autoridades del Gobierno Regional y de nuestros gobiernos locales, hemos vivido las idas y venidas de las Comisiones de Transferencia y espero que verdaderamente hayan jugado bien su rol y luego no vengan las torpes excusas a falta de documentos e informes sobre el estado de la administración pública que se recibe.
Ya son conocidos los discursos de estas fechas a lo largo y ancho del territorio nacional, las autoridades piden una tregua a los vecinos de sus circunscripciones para poder “hacerse al ambiente” de los cargos públicos que acaban de juramentar. Esa tregua, vulgarmente llamada “luna de miel” no suele ser más que una pérdida de tiempo y en muchos casos una “tomadura de pelo” ¿por qué lo digo? En primer lugar, se entiende que quienes se postularon en las elecciones regionales y municipales de octubre del 2010 ya conocían algo sobre el Estado, sus burocracias, los proyectos de inversión pública, etcétera. De no ser así estamos ante un grupo de temerarios e irresponsables que se lanzan al mar sin saber nadar, si quieren ahogarse pues háganlo solos sin arrastrarnos en su loca aventura.
En segundo lugar, si no conocían los tejes y manejes estatales, han tenido 3 meses entre octubre y la juramentación de enero para “hacer sus tareas” y ponerse al corriente de los temas a los que hoy en día se han de enfrentar ¿saben en qué estado reciben las municipalidades? ¿Cuánto es el monto de las deudas? ¿Existe un margesí de bienes? ¿Saben cuánto se ha avanzado o no en el programa de modernización de la gestión del Estado? Entre tantas otras preguntas que no alcanzaría espacio para mencionarlas todas. Ya deben tener en claro las acciones que se tomarán en estos primeros días de gobierno para encarar los principales problemas que afectan a la comunidad, quiero creer que sí saben cuales son esos problemas, pero no basta con conocerlos, no basta con tener un diagnóstico de los males (como se evidenció en la mayoría de planes de gobierno que no fueron más que monografías escolares), el asunto es plantear alternativas de solución, pero alternativas reales y que éstas nazcan también de las propias iniciativas de los ciudadanos.
Me ha causado mucha gracia ver algunas juramentaciones, tal es el caso de la Alcaldía de Lima, cuya nueva Alcaldesa fue juramentada por el Presidente de la República ¿era necesario ello? ¿Tan marcado quiere seguir siendo el centralismo en este país?
Más de un comentario también me surgió luego de ver la juramentación del nuevo Gobierno Regional de Lambayeque ¿por qué tiene que ponerle la banda presidencial el señor Alcalde de Trujillo al nuevo Presidente de nuestro Gobierno Regional? Trujillo es una provincia y Lambayeque es un departamento, ambos de circunscripciones distintas y con autoridades diferenciadas, por más hermano que se pueda ser, esos gestos (que podrían volverse interferencias) no vienen al caso.
Las nuevas autoridades que han tomado las riendas de los Gobiernos Regionales y Municipalidades del país no son omnipotentes, necesitan de la colaboración de la población pero de una población que no se adormece. Es necesario mantener un control ciudadano eficaz para apoyar la buena marcha de las obras y proyectos, pero a la vez para detener cualquier atisbo de corrupción o de abandono por parte de las recién juramentadas autoridades. Ellos son los MANDATARIOS pero nosotros somos los MANDANTES, eso no hay que olvidarlo y corrijo el título de mi artículo ni “rey muerto” ni “rey puesto”, en la silla del poder no hay rey, sólo hay un conjunto de individuos quienes TEMPORALMENTE se encuentran ahí y esperamos no defrauden a la voluntad popular, están siendo observados para no perder más tiempo.
Fuente: http://www.usat.edu.pe
Politólogo- Profesor adscrito al Departamento de Ciencias Jurídicas
Empezamos el 2011 y se han instalado ya las nuevas autoridades del Gobierno Regional y de nuestros gobiernos locales, hemos vivido las idas y venidas de las Comisiones de Transferencia y espero que verdaderamente hayan jugado bien su rol y luego no vengan las torpes excusas a falta de documentos e informes sobre el estado de la administración pública que se recibe.
Ya son conocidos los discursos de estas fechas a lo largo y ancho del territorio nacional, las autoridades piden una tregua a los vecinos de sus circunscripciones para poder “hacerse al ambiente” de los cargos públicos que acaban de juramentar. Esa tregua, vulgarmente llamada “luna de miel” no suele ser más que una pérdida de tiempo y en muchos casos una “tomadura de pelo” ¿por qué lo digo? En primer lugar, se entiende que quienes se postularon en las elecciones regionales y municipales de octubre del 2010 ya conocían algo sobre el Estado, sus burocracias, los proyectos de inversión pública, etcétera. De no ser así estamos ante un grupo de temerarios e irresponsables que se lanzan al mar sin saber nadar, si quieren ahogarse pues háganlo solos sin arrastrarnos en su loca aventura.
En segundo lugar, si no conocían los tejes y manejes estatales, han tenido 3 meses entre octubre y la juramentación de enero para “hacer sus tareas” y ponerse al corriente de los temas a los que hoy en día se han de enfrentar ¿saben en qué estado reciben las municipalidades? ¿Cuánto es el monto de las deudas? ¿Existe un margesí de bienes? ¿Saben cuánto se ha avanzado o no en el programa de modernización de la gestión del Estado? Entre tantas otras preguntas que no alcanzaría espacio para mencionarlas todas. Ya deben tener en claro las acciones que se tomarán en estos primeros días de gobierno para encarar los principales problemas que afectan a la comunidad, quiero creer que sí saben cuales son esos problemas, pero no basta con conocerlos, no basta con tener un diagnóstico de los males (como se evidenció en la mayoría de planes de gobierno que no fueron más que monografías escolares), el asunto es plantear alternativas de solución, pero alternativas reales y que éstas nazcan también de las propias iniciativas de los ciudadanos.
Me ha causado mucha gracia ver algunas juramentaciones, tal es el caso de la Alcaldía de Lima, cuya nueva Alcaldesa fue juramentada por el Presidente de la República ¿era necesario ello? ¿Tan marcado quiere seguir siendo el centralismo en este país?
Más de un comentario también me surgió luego de ver la juramentación del nuevo Gobierno Regional de Lambayeque ¿por qué tiene que ponerle la banda presidencial el señor Alcalde de Trujillo al nuevo Presidente de nuestro Gobierno Regional? Trujillo es una provincia y Lambayeque es un departamento, ambos de circunscripciones distintas y con autoridades diferenciadas, por más hermano que se pueda ser, esos gestos (que podrían volverse interferencias) no vienen al caso.
Las nuevas autoridades que han tomado las riendas de los Gobiernos Regionales y Municipalidades del país no son omnipotentes, necesitan de la colaboración de la población pero de una población que no se adormece. Es necesario mantener un control ciudadano eficaz para apoyar la buena marcha de las obras y proyectos, pero a la vez para detener cualquier atisbo de corrupción o de abandono por parte de las recién juramentadas autoridades. Ellos son los MANDATARIOS pero nosotros somos los MANDANTES, eso no hay que olvidarlo y corrijo el título de mi artículo ni “rey muerto” ni “rey puesto”, en la silla del poder no hay rey, sólo hay un conjunto de individuos quienes TEMPORALMENTE se encuentran ahí y esperamos no defrauden a la voluntad popular, están siendo observados para no perder más tiempo.
Fuente: http://www.usat.edu.pe
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