Jeniffer Castillo Bermúdez
Estudiantes y docentes de la UNAN-León participaron en el cierre de
campaña del Frente Sandinista en 2012. Su entonces rector, Róger Gurdián, era
el jefe de campaña en León. LA PRENSA/ ARCHIVO
La universidad está dormida en Nicaragua. No habla,
no piensa y tampoco reacciona. Ahí “hay unmiedo al debate de
ideas” y “las autoridades universitarias se han
convertido en cómplices, coautores o rehenes de este secuestro en el que están
las universidades públicas del país”, como dicen los diputados Eliseo Núñez y
Enrique Sáenz. Los estudiantes —aquí— ya no protestan ni reclaman por sus
derechos y los catedráticos no
expresan su punto de vista porque
pueden ser vistos como adversarios del orteguismo. El miedo es cada vez mayor
en esos recintos donde aún se proclama el lema: “¡A la libertad por la
universidad!”
Desde
que llegó al poder, el gobernante Frente Sandinista “ha ido penetrando y copando
todos los espacios” de libertad gremial,
de pensamiento y expresión dentro de las universidades, señala el diputado
Sáenz, miembro de la Comisión de Educación de la Asamblea Nacional.
“Hay un miedo horrible al debate de ideas porque el
Frente (Sandinista) sabe que lo peor que le puede pasar es que la gente
comience a debatir ideas porque ellos en su argumentación son sumamente
débiles. El Frente no ha variado el sistema económico del país… sigue siendo el
mismo modelo que garantiza que cuando hay crecimiento los ricos sean más ricos
y los pobres más pobres, ¿el Frente ha variado eso? ¡No! Entonces ellos saben
que los cimientos de la rebeldía están ahí (en las universidades)”, afirma por
su parte Núñez, miembro de la Bancada Alianza Partido Liberal Independiente
(Bapli).
Cualquier intento de libre expresión que
contradiga los propósitos o mandatos del orteguismo son aniquilados, considera
el exrector de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN), Carlos
Tünnerman.
De hecho,
Sáenz recuerda que en las instituciones públicas —que reciben fondos del 6 por
ciento constitucional— han despedido a académicos por tener una posición
independiente o contraria al partido de gobierno y sus proyectos. (Ver
infografía).
“Realmente es una tristeza mayúscula cómo
convirtieron en escombros ese ambiente de libertad (universitaria)… no solo que
la tengan en escombros, sino que la hayan convertido prácticamente en un antro
donde intelectuales reconocidos del país no pueden entrar, donde debates sobre
determinados temas son mutilados y donde académicos prácticamente son
despedidos por tener una posición independiente”, apunta Sáenz.
El subsistema de educación superior en Nicaragua atiende —según la Rendición Social de Cuentas 2015 del Consejo Nacional de Universidades (CNU)— a 117,077 estudiantes en pregrado y posgrado.
“Ellos
(los sandinistas) saben que uno de los focos de rebeldía más grande que hay son
los jóvenes universitarios, tienen la combinación perfecta para ser rebeldes:
tienen la capacidad intelectual y tienen grandes ilusiones que los llevan a
enfrentarse al sistema”, expresa el diputado de la Alianza PLI.
AUTORIDADES
UNIVERSITARIAS EN CARGOS PUBLICOS Y POLITICOS
Los intentos del orteguismo por copar todos los espacios gremiales en
las universidades no son nuevos, pero sí —dice el diputado Núñez— “ahora el
nivel de descaro es mayor”, pues también hay autoridades universitarias que desempeñan puestos públicos y
políticos. (Ver infografía).
A pesar de esto, el presidente del CNU, Telémaco Talavera
—quien también es el asesor del presidente inconstitucional Daniel Ortega para
todos los asuntos del Gabinete y vocero de la Comisión del Gran Canal
Interoceánico— insiste en defender la autonomía universitaria porque, según él,
los cargos políticos que desempeñan algunas autoridades educativas dentro y
fuera de las universidades son “voluntarios”.
“Es una decisión individual porque realmente no podemos coartar la
libertad de las personas ni de un estudiante ni de un trabajador, es una
libertad individual… Esa es parte de la libertad que existe en las
universidades digamos que pueda tener alguien la organización o afiliación,
cualquier ciudadano, no importa tenga o no tenga cargo es un derecho”, señala
Talavera.
Hoy las universidades están dormidas. No se debate
públicamente. Hoy el Frente Sandinista tiene el control a pesar de que las
autoridades repiten su lema: “¡A la libertad por la universidad!”
Fuente: http://www.laprensa.com.ni/
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