Se trata de una investigación de la periodista María Olivia Mönckeberg, premio nacional de periodismo.
Santiago. EFE
El lucro en las universidades privadas chilenas y la influencia de los grupos económicos son los temas que la periodista y Premio Nacional de Periodismo 2009, María Olivia Mönckeberg toca en su libro "Con fines de lucro: la escandalosa historia de las universidades privadas de Chile".
Dijo que el objetivo del libro Es "mostrar la crítica situación de las universidades privadas en Chile, que responde a un diseño hecho conforme al modelo económico imperante en el país y que se formó en la dictadura de Augusto Pinochet".
"En Chile antes no existían universidades privadas", recordó la periodista, directora del Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile y que también escribió los libros El saqueo de los grupos económicos al Estado chileno y La privatización de las universidades. Una historia de dinero, poder e influencias".
La escritora dijo que "en los 80 se estableció que estas entidades no tendrían fines de lucro. No obstante, se ha visto y lo sufren los estudiantes y sus familias que las universidades lucran y muchas veces a destajo", sentenció.
Los estudiantes chilenos, que permanecen movilizados desde 2011 y cuya última protesta realizaron el pasado 17 de octubre a nivel nacional, demandan una educación pública gratuita y de calidad y la eliminación del lucro de las universidades privadas, entre otras reivindicaciones.
El gobierno de Sebastián Piñera ha rebajado los intereses de los créditos que los universitarios deben obtener para financiar sus carreras y ha aumentado las becas y otros beneficios, medidas que han sido consideradas insuficientes por los estudiantes, que demandan un cambio "estructural" de la enseñanza básica, secundaria y superior.
La mayoría de las universidades privadas cobra de entre 4.000 a 6.000 dólares por año, y en muchos casos la enseñanza que imparten es de dudosa calidad, un problema al que hay que añadir que algunas de estas entidades emplean diversos subterfugios para lucrarse con la educación, pese a que en Chile está prohibido.
Fuente: La Republica
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