miércoles, 19 de septiembre de 2012

Defiende Ecuador rol de universidades en emancipación social

Quito, 17 sep (PL) Para Ecuador no puede haber emancipación social sin emancipación del pensamiento, y corresponde a las universidades ser vanguardia en ese proceso de transformación social, afirmó el funcionario y dirigente político René Ramírez.
 
Por Pedro Rioseco
 
En entrevista con Prensa Latina, el secretario nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) y dirigente del gobernante Movimiento Alianza PAIS estimó que quizás la mayor crisis que ha tenido América Latina es la de pensamiento.

Para Ramírez, la institución que tiene que liderar esta revolución del pensamiento es la universidad y no puede haber una verdadera emancipación social sin una transformación radical de ese sistema.

Partiendo de ese rol como institución estratégica en la transformación social, explicó, primero es preciso transformar la educación superior que en Ecuador se mercantilizó con el neoliberalismo.

Lamentablemente, señaló Ramírez, aquí la universidad pública fue más bien estatal y no pública, captada por grupos corporativos que buscaron siempre sus privilegios en contra del bien común encomendado socialmente a estos centros.

Es por eso que hemos apuntado a un objetivo: la recuperación del sentido de lo público en la universidad, recalcó.

Esa oferta universitaria de antes, precisó, buscaba la reproducción de la clase dominante y la distinción social, que es la antítesis del sistema democrático y progresista de izquierda que impulsamos.

En ese marco, el primer punto ha sido poner en orden la casa, depurar el sistema, puntualizó Ramírez.

Eliminamos 14 universidades, no por coincidencia todas particulares, que se habían constituido en la mayor estafa académica y social ecuatoriana luego del salvataje bancario (de 1999), y pasamos de éste a uno académico y social, recalcó.

En el primero, en el neoliberalismo, los banqueros fueron salvados por el Estado y se fueron con los bolsillos llenos, ahora, subrayó, el Estado salva a los estudiantes para ubicarlos en las universidades con mejor categoría en el sistema nacional.

Este proceso, agregó, va en contra de lo que pasa a nivel mundial, donde existe una disyuntiva entre calidad y democratización del acceso a la universidad.

Las transformaciones que está viviendo Ecuador demuestran todo lo contrario, que uno puede democratizar el sistema sin reducir un ápice la exigencia por la calidad, enfatizó.

¿Cómo hemos democratizado el sistema?, preguntó Ramírez. Primero, explicó, planteando la gratuidad en la educación superior a diferencia de otros países que han mutado hacia procesos de privatización y arancelamiento de las universidades.

Esto ha llevado a que en el 20 por ciento más pobre de los estudiantes se duplicó la matrícula universitaria, y en los indígenas ecuatorianos también se ha duplicado, pero no es suficiente la gratuidad, reflexionó el titular de la Senescyt.

Hicimos un sistema nacional de admisión y nivelación. Sabemos, acotó, que existe heterogeneidad en el sistema de la enseñanza pre universitaria o bachillerato.

Frente a la "dedocracia" o "palancocracia" para ingresar a las universidades, dijo, propusimos un examen de aptitudes, no de conocimientos, para igualar oportunidades con una nivelación.

Por ello, reveló, el 15 por ciento de las 94 mil personas que rindieron el examen son hijos de familias que reciben el Bono de Desarrollo Humano, que son los más pobres entre los pobres del país.

No queremos que esas familias se perpetúen en la pobreza y reciban un bono toda la vida, agregó, sino que por la educación tengan un trabajo digno y no necesiten esa transferencia monetaria del Estado.

Otra política, agregó Ramírez, es la de becas. Las personas indígenas o afroecuatorianas, pertenecientes a los estratos más pobres y que, obviamente, tienen las aptitudes, reciben becas de manutención para que continúen sus estudios a tiempo completo.

Estamos en un proceso de búsqueda de la excelencia con democratización en el acceso a la universidad, puntualizó, unido a otro para mejorar el corazón de la educación superior que es el profesorado, menospreciado, explotado y subvalorado.

Por eso, dijo, estamos discutiendo el reglamento del escalafón del docente investigador, para desburocratizar la universidad que gasta más en funciones administrativas que en docencia, y hay explotación laboral de profesores con bajos salarios y exceso de horas de clase.

En algunas universidades exigían a los profesores 30 horas de clase, sin considerar el tiempo de preparación, investigación, construcción de comunidad académica con estudiantes y direcciones de tesis.

Este reglamento, acotó, busca evitar la explotación laboral, poner en el centro del debate al profesor, dar remuneraciones dignas, a igual trabajo igual remuneración, siempre que éstos cumplan requisitos.

Ahora no por edad los profesores suben de escalafón, sino que es a través de su producción académica y social, títulos, investigaciones, vinculación con la colectividad, y publicaciones especializadas.

Para completar un salario digno, recordó, antes muchos tenían que ser "profesores taxis" y salir corriendo de una institución a dar clases en otra y en otra, y no teníamos profesores a tiempo completo.

Una de las políticas sin precedentes en la historia de Ecuador es la decisión de otorgar becas para estudiar en el exterior, 20 veces más que los últimos siete gobiernos anteriores juntos, señaló Ramírez.

En cuanto a inversión, agregó, es 30 veces más que los últimos siete gobiernos juntos, y estamos hablando de 350 millones de dólares para que los estudiantes cursen maestrías y doctorados en las mejores universidades del mundo.

Con un solo requisito, precisó, que regresen al país y trabajen el doble del tiempo de estudios para compensar el esfuerzo de todo el país en financiar sus becas, convencidos de que el principal recurso para la transformación universitaria es construir esa masa crítica.

Por ello, como ha planteado el presidente Rafael Correa, este programa no tiene restricción presupuestaria, y cinco mil 200 personas hasta diciembre de este año estarán ubicados en alguna de esas universidades consideradas entre las mejores del mundo.
 

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