Por Engels Ortiz Samanamud
Se va
cumplir un mes, y, nuestros catedráticos de las universidades públicas, -sobre
todo-, los de provincias, vienen acatando una huelga exigiendo se cumpla con el
artículo 96° de la ley 30220, que manda la homologación de sus sueldos con los
salarios de los magistrados del Poder Judicial.
En
tal sentido, la Asociación Nacional de Universidades Públicas del Perú (ANUPP)
y la Federación Nacional de Docentes Universitarios (FENDUP), han emitido
sendos pronunciamientos y sostenido reuniones con el Ejecutivo a través del
Ministerio de Educación y el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF); y nada de
nada hasta la fecha.
La
anterior ley universitaria que se aprobó en 1983, en su artículo 53°, también
ordenaba se homologue los sueldos de los catedráticos con el salario de los
magistrados, empero, recién en el 2004, luego que el Tribunal
Constitucional declarara fundada la demanda interpuesta en el 2003, por el rector
de la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco (UNSAAC), José Artemio
Olivares, y luego de marchas y reuniones de los rectores y profesores de aquel
entonces, es que se empezó a cumplir paulatinamente con la homologación.
Prácticamente,
por más de dos décadas, nuestros profesores estuvieron con sueldos miserables
haciendo un apostolado en sus universidades, y, muchos de ellos, han fallecido
sin que se les reconozca sus haberes por todos esos años de incumplimiento de
la ley universitaria 23733.
Ahora,
llama la atención, y más parece una burla, la respuesta que recibió el actual
rector de la UNSAAC por parte del MEF, en la que le manifiestan que los
catedráticos ya han sido homologados con los magistrados respecto al sueldo
básico, haciendo referencia al primer tramo que hizo Toledo estando Pedro Pablo
Kuczynski (PPK) de ministro de Economía y un segundo aumento con el gobierno de
Alan García.
La
actual ley ya cumplió dos años, y, en ningún párrafo de la misma, se
menciona que la homologación es respecto del sueldo básico. Vale
recordar, que el magistrado Javier Villa Stein, durante su candidatura al
rectorado de San Marcos, manifestó que él gana más de 15 mil soles mensuales,
y, ello, es lo que deberían ganar sus colegas de la categoría principal, y en
esa escala deberían de seguir los asociados y auxiliares.
La
ley 30220, está exigiendo a un profesional, que desee dedicarse a la docencia
universitaria, contar con el grado de magister. O sea, haber estudiado cinco
años de su profesión y luego tres años de una maestría, para que incursione en
la docencia con un sueldo de 1800 soles. Como dice PPK, prefiero ser un chofer
de Uber o como dicen otros estudiar dos años en la Escuela de Oficiales y salir
a ganar 2500 soles. Además, no consideran que antes de concursar para profesor
auxiliar, se tiene que estar como ayudante y jefe de práctica, y para quienes
ni siquiera hay una propina.
Mientras
tanto, tenemos un ministro de Educación de lujo, que yo también creía,
pero ya vemos lo lujoso que nos resultó para extraordinarios presupuestos de
imagen y relaciones públicas, y licitaciones corruptas que estamos conociendo.
Y, ahora, PPK alista cuarenta millones para sostener su imagen ante la opinión
pública.
PPK entre el 2005 y 2006, recibió a los rectores y profesores en su
despacho del MEF, y reconoció que no era justo los sueldos que habían recibido
por dos décadas nuestros catedráticos, más aún, él, se sentía identificado con
los profesores universitarios porque su padre había sido profesor en San Marcos.
Ojalá se acuerde de ello y tome nota de la respuesta que le ha dado el
MEF al rector de la UNSAAC. Como suele decir su imitador, Carlos Alvarez, se
trate de una bromita jojojo. Por cierto, de mal gusto.
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