En debate. Presidente ejecutivo de Corpaidos indica que esta medida es muy cuestionable porque la demanda de vacantes sería difícil de satisfacer. En los últimos años, las universidades privadas han ganado terreno a las públicas.
Juan Luis Silvera Quispe.
Arequipa.
En los últimos 29 años, la universidad pública ha pasado a un segundo plano a causa de la proliferación de universidades privadas en el país. No solo le ganaron en número, sino también en cautivar el interés de los futuros profesionales.
Así, en la actualidad existen 57 mil 616 estudiantes de pregrado en todas las filiales de la Universidad Alas Peruanas en el país, mientras en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) solo se forman 28 mil 645 jóvenes. La Universidad Nacional de San Agustín (Unsa) es la segunda más requerida entre las estatales con 24 mil 212 estudiantes.
A decir del presidente ejecutivo de Corpaidos, Alfredo Aguilar, esta realidad tiene una explicación sencilla: "Muchas universidades estatales están perdiendo prestigio por las constantes huelgas; es el caso de la Unsa. Las privadas están ganando terreno por ofrecer una formación más sofisticada", explica.
En cuanto a la cantidad de postulantes, la UNMSM sigue liderando con 53 mil 108 aspirantes al año, seguida por la privada Alas Peruanas con 34 mil 719 postulantes. No obstante, el futuro de las casas superiores de estudios estaría a punto de cambiar drásticamente.
El Congreso de la República tiene en agenda el proyecto de la nueva Ley Universitaria (Nº 2199), que propone entre otras cosas desaparecer los exámenes de admisión. Según Aguilar, esta medida no solo acabaría con las academias preuniversitarias (en Arequipa hay 25), sino también generaría hacinamiento en los centros de formación.
"Solo en nuestra región existe una demanda anual de 19 mil 800 jóvenes. ¿A dónde se les mandará? ¿Cómo saber si están preparados para ser profesionales?", cuestiona. De concretarse la nueva norma, los futuros universitarios tendrían que llevar el curso "Estudios Generales" en su primer año de formación. Si aprueban la materia con una calificación de 11 estarán aptos para la vida universitaria.
Además se plantea que los dos primeros puestos del quinto año de secundaria puedan ingresar a la universidad automáticamente. El proyecto, dice Aguilar, es muy cuestionable, pues bajo este mecanismo se tendrían 1,910 vacantes cubiertas cada año.
César Combina, coordinador nacional del programa Parlamento Joven, admite no haber estudiado aún la propuesta. "La primera semana de julio lo revisará el grupo parlamentario de Loreto, pero estamos pensando enviar el proyecto al equipo de Arequipa esta semana para su análisis", dijo vía telefónica. El gerente regional de Educación, Marco Montañez, también refirió no estar informado sobre el particular.
ENFOQUE
Juan Carlos Jaquehua
Decano de CPPE
SOLO ALGUNOS ASPECTOS SERÍAN BUENOS
Si se concreta esta nueva ley, sería positiva la eliminación de los exámenes de admisión, porque terminaría con el lucro de las academias preuniversitarias. Ahí tendría que entrar a tallar la articulación de la educación del colegio con la formación universitaria. Se tiene que reforzar la instrucción de los centros educativos para garantizar que los jóvenes tengan un nivel académico óptimo en las casas superiores de estudios.
Habría que ver también que las universidades den una adecuada formación a sus estudiantes. En algunos casos -tanto públicas como privadas- carecen de un sistema educativo óptimo. Un aspecto negativo es que no todos los egresados de colegios podrían estudiar una carrera universitaria: se tiene que ver la forma de orientarlos para que asuman una carrera técnica, que es la de mayor demanda en nuestro país. Este aspecto tendría que regularizarse de alguna forma. En temas de infraestructura y logística, se debe ampliar la inversión.
Fuente: La República - Arequipa
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