En tiempos como estos, donde se demanda soluciones a una serie de problemas, ¿la universidad cumple con el rol que le corresponde?
Creo que ha perdido el rumbo en los últimos años y, de hecho, la universidad se aisló del desarrollo del país. Es porque la propuesta que lanza la Asamblea Nacional de Rectores (ANR), y desde la UNT, es que se empiece a recuperar el tiempo perdido con la investigación, entendiendo que este país no tiene una sostenibilidad y está viviendo del milagro de los metales preciosos y de sus precios, y eso no es sostenible.
A la universidad, como una misión y rol histórico, le compete innovar y buscar nuevas tecnologías, con aporte de nuevos conocimientos. Esa es la propuesta de la ANR que tiene que ir de la mano de la acreditación, porque no podemos ser universidades no acreditadas, sin valor dentro ni fuera del país. Aparte que buscamos la internacionalización de la universidad, porque no podemos estar como islas al margen del desarrollo del mundo.
¿El gobierno está cumpliendo con convertir a la universidad pública en el eje del desarrollo?
Hasta este momento no tenemos una propuesta muy clara de parte del gobierno y la frustración empieza a sentirse en la universidad, sin embargo existen algunos acercamientos con el Ejecutivo a través de convenios de cooperación. Nosotros estamos haciendo entender al gobierno, con mucho esfuerzo, de que la universidad actual no es la de hace un lustro, es una nueva universidad que hace tres años está trabajando con seriedad por un nuevo rumbo el desarrollo del país.
¿Hay alguna señal que haga pensar que ese mensaje es entendido?
Desde el año pasado se empezó a trabajar con fuerza en ese acercamiento y esperemos que en este presupuesto se responda a los intereses de la universidad. He sostenido reuniones con el presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología, de la Comisión de Educación y de Presupuesto y hemos firmado alianzas.
Todo eso hace indicar que se está mirando a la universidad de otra forma y espero que así sea y todo se traduzca en un real sostén para la universidad que pasa por establecer una Ley Universitaria con el financiamiento del caso para que la lance a su modernización, acreditación y el equipamiento que son las condiciones para que la docencia universitaria tenga el equilibrio suficiente para hacer que la investigación sea su principal soporte.
¿El Congreso de la República está respondiendo a estas expectativas?
Hay sectores que no lo entienden. A estos sectores, incluso, les conviene mirar a la vieja universidad por sus intereses personales. Por esa conveniencia, justamente, no les importa darle a la universidad pública el sostén adecuado, ya que temen que salgan personas preparadas que les hagan ver que este país no es para que ellos gobiernen. El día en que empiece a tener protagonismo la universidad y a meterse en el tejido social peruano y en la agenda nacional, a algunos no les va gusta so pretexto de señalar que la universidad es anacrónica.
Se ha dicho que las universidades no usan adecuadamente lo que les corresponde por canon minero. ¿Qué responde ante eso?
Erróneamente, hay algunos congresistas que lanzan infundios y nos endilgan que nosotros no tenemos capacidad en el uso del canon minero, lo cual resulta absolutamente falso.
Entonces, ¿quién es el responsable de que el canon no se refleje en el desarrollo de la universidad pública?
Bueno, ya ha quedado demostrado que en el quinquenio anterior (aprista) se dieron leyes expresas que nos impidieron utilizar como corresponde el canon minero, leyes de parte del gobierno, las cuales a partir del 30 de julio del 2011 recién se han soltado. Alan Garcíadictó leyes para asfixiar a las universidades e impedir su desarrollo, lo cual resulta imperdonable en un país como el nuestro.
¿Cómo se reflejaron esas trabas?
No se podía hacer nada con el canon porque la Comisión de Presupuesto así lo prohibía e interpretaba a su manera la ley para impedir el gasto. En el gobierno aprista estuvieron los peores años para las universidades. La Ley de Presupuesto prohibía el uso del canon minero y solo lo limitaba para investigación en salud, y eso representaba muy poco.
Los decretos legislativos, como el 037, del 31 del mayo del 2010, igual fue liquidador, y el decreto de urgencia del 30 de marzo del 2011, también impidió el desarrollo de las universidades. Ellos (el gobierno aprista) son los grandes responsables del estancamiento de la universidad pública. Felizmente, gracias a nuestra protesta enérgica, desde la ANR, se derogó esos decretos y ahora sí podemos trabajar por sacar adelante a la universidad.
Sin embargo, siempre se requiere más…
Lo importante es que ya se ha dado el primer paso. Además, la universidad pública y la privada empiezan a sentir que son un solo eje, una sola red. Allí es donde nosotros también empezamos a apostar. Estoy seguro que saliendo de este marasmo y quitando esa lectura equivocada que, desde diversos sectores, se tiene de una vieja universidad, vamos a salir adelante.
Esperemos que el gobierno de Ollanta Humala le dé todo el soporte, porque no podemos hablar del desarrollo de un país solo teniendo en cuenta las exportaciones de productos brutos, sino con la tecnología y conocimiento que estamos encargados de poner desde la universidad.
Fuente: La Republica
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