La confesión de Ulises Por Aldo Mariátegui
LIMA - Me informa mi asistente que Ulises Humala quiere conversar conmigo y, lleno de curiosidad, lo cito al diario. No tenía la menor idea de lo que quería tratar, así que le di la bienvenida, le ofrecí asiento y le dije que era todo oídos.
LIMA - Me informa mi asistente que Ulises Humala quiere conversar conmigo y, lleno de curiosidad, lo cito al diario. No tenía la menor idea de lo que quería tratar, así que le di la bienvenida, le ofrecí asiento y le dije que era todo oídos.
Ulises fue frontal, a la vena: "He venido aquí, señor Mariátegui, porque tengo la más profunda preocupación de que mi hermano salga elegido. Eso sería desastroso para el país, porque Ollanta va a ser un dictador, porque él sube a la Presidencia y se va a quedar en el poder por muchos años. Sólo saldría como Gadafi. Él es mesiánico, se siente predestinado para instaurar aquí el modelo chavista. Y nada lo va a detener. Yo lo conozco a fondo, es mi hermano. Sé como piensa, sé lo que planea".
Algo perplejo, le pregunté si estaba dispuesto a hacer públicas sus declaraciones. Me contestó que sí, que si bien Ollanta era su hermano, el país era mucho más importante. Traje un reportero y un fotógrafo y Ulises, acompañado de una taza de té, comenzó a hablar mientras lo interrumpíamos esporádicamente para algunas precisiones. Pero el caballero tenía la foto muy clara. Lo que nos refirió fue escalofriante, mucho peor aún de lo que me imaginaba. Si bien el lector podrá acudir a la página central para informarse a fondo, contaré algunas de estas cosas que escuché de primera mano. La verdad es que el gesto de este señor fue muy corajudo y muy patriota. Para él sería muy fácil callar y limitarse a gozar de las ventajas que le daría la vida si su hermano fuese elegido. O simplemente hacerse el indiferente, porque al fin y al cabo a él no le pasaría personalmente nada.
Ulises fue muy enfático en decirnos que su hermano no ha cambiado, que todo lo que hace últimamente es puro teatro para llegar al poder, que sigue con el polo rojo abajo porque sabe muy bien que como radical no saldría elegido. Sostuvo que su hermano es definitivamente un chavista, un fascista marxistoide, un hombre que simpatiza profundamente con Chávez y su modelo venezolano.
Agregó que Nadine es aún más radical que él, que ella es más leída y con un pensamiento izquierdista mucho más orgánico. Recalcó que ella influye mucho sobre él y que ambos son extremadamente ambiciosos. Que no le sorprendería que incluso apelasen al esquema sucesorio de los Kirchner.
Le preguntamos qué sucedería con las libertades públicas con Ollanta. Nos contestó que su hermano no tendría ningún empacho en pasar por encima de éstas para perpetuarse con su modelo chavista, que Ollanta no se hace problemas con eso, que es un militar ante todo, que sabe que el Congreso y la prensa se enfrentarían a su modelo totalitario y no le temblaría la mano para cerrarlos y perseguirlos.
Nos contó que en la mentalidad castrense de Ollanta prima su esquema socialista sobre el respeto a las libertades, que éstas le son una molestia. Reiteró muchas veces que no hay que creer todo eso que promete ahora sobre respetar la democracia, porque esta democracia no significa nada para él; que, como buen militar y fascista, Ollanta cree que el Estado y sus políticas están por encima del individuo, que éste sólo debe obedecer sin chistar lo que se hace supuestamente por su bien.
Que Ollanta siempre ha admirado mucho a Castro, tanto como a Chávez y Velasco. También Ulises fue muy claro en cuanto al pensamiento económico de su hermano. Nos aseguró que aboliría el TLC con EE.UU. porque sencillamente no cree en ese tipo de comercio coordinado con los gringos, que él se iría al ALBA. Agregó que Ollanta conceptúa que la libre empresa debe subordinarse a lo que se decida desde el Estado, que los controles y la planificación compulsiva son válidos, que los problemas económicos en Venezuela se deben al sabotaje de los empresarios y los gringos, no a que ese modelo sea un desastre. También Ulises sostiene que esa ayuda brasileña a la campaña de Ollanta, a pesar de que la influencia venezolana es mayor, no es gratuita para nada y que quieren nuestra selva para sus proyectos de luz. En fin, lean la central, que el tema ya queda en la conciencia y juicio de cada uno. Fuente: Diario CORREO
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