Por Engels Ortiz Samanamud
El periodista Raúl Tola ha escrito un artículo publicado en el diario La República titulado: Coherencia en las aulas, en el cual hace un recuento de su paso por la universidad a inicios de la década del 90, y, a su vez, llama la atención frente al cuantioso dinero que entre el 2004 y 2009 recibieron las universidades públicas ascendiente a US$ 310 millones por concepto de canon para la investigación científica y tecnológica, y del cual solo ejecutaron el 17%.
Aquí habría que hacer una atingencia, dado que las únicas universidades públicas que recibieron el 5% del canon fueron las de provincias o las consideradas como regionales por la Ley 28077 que se aprobó en el 2003.
Lo que significa que las universidades nacionales capitalinas como la UNI, San Marcos, Agraria, la del Callao y la Cantuta, no percibieron tal % por dicho concepto o en todo caso no se vieron beneficiadas por dicha ley.
Con ello no pretendo argumentar que las universidades nacionales ubicadas en Lima no cuentan con algunos recursos para poder realizar investigación científica y tecnológica. Por el contrario, la UNI tiene fuentes de recursos propios que le generan sus empresas como UNIPETRO, su concesión a Metro y su Centro Pre Universitario CEPREUNI, etc.
San Marcos y Agraria también cuentan con fuentes de recursos propios que generan a través de sus Posgrados, Admisión, Centros Preuniversitarios, y las rentas que le generan algunos terrenos que tienen en alquiler en el centro de Lima y otros lugares.
Sin embargo, considero que la ley 28077, debió considerar a las universidades antes mencionadas, puesto que el argumento de que -las minas que son explotadas pertenecen al territorio donde se ubican estas universidades- no es recíproco.
En la UNI, San Marcos y Agraria, no sólo estudian jóvenes limeños, bien sabemos, que en dichas universidades también estudian jóvenes de la sierra, norte, sur y selva.
Más aún, son éstas universidades, que han contribuido de sobremanera al desarrollo del país, con la formación de miles de profesionales y sus aportes técnicos.
Y, son estas tres universidades, que en el 2002 firmaron una alianza estratégica para el desarrollo de la universidad peruana, y uno de los proyectos que pusieron en marcha fue el programa de becas académicas a Europa, que desde el 2004 a la fecha ha permitido que cerca de 600 jóvenes de éstas y otras universidades peruanas sigan estudios de segunda profesión y posgrados en las mejores ecolés y universidades de Francia, Italia y España.
El periodista Raúl Tola ha escrito un artículo publicado en el diario La República titulado: Coherencia en las aulas, en el cual hace un recuento de su paso por la universidad a inicios de la década del 90, y, a su vez, llama la atención frente al cuantioso dinero que entre el 2004 y 2009 recibieron las universidades públicas ascendiente a US$ 310 millones por concepto de canon para la investigación científica y tecnológica, y del cual solo ejecutaron el 17%.
Aquí habría que hacer una atingencia, dado que las únicas universidades públicas que recibieron el 5% del canon fueron las de provincias o las consideradas como regionales por la Ley 28077 que se aprobó en el 2003.
Lo que significa que las universidades nacionales capitalinas como la UNI, San Marcos, Agraria, la del Callao y la Cantuta, no percibieron tal % por dicho concepto o en todo caso no se vieron beneficiadas por dicha ley.
Con ello no pretendo argumentar que las universidades nacionales ubicadas en Lima no cuentan con algunos recursos para poder realizar investigación científica y tecnológica. Por el contrario, la UNI tiene fuentes de recursos propios que le generan sus empresas como UNIPETRO, su concesión a Metro y su Centro Pre Universitario CEPREUNI, etc.
San Marcos y Agraria también cuentan con fuentes de recursos propios que generan a través de sus Posgrados, Admisión, Centros Preuniversitarios, y las rentas que le generan algunos terrenos que tienen en alquiler en el centro de Lima y otros lugares.
Sin embargo, considero que la ley 28077, debió considerar a las universidades antes mencionadas, puesto que el argumento de que -las minas que son explotadas pertenecen al territorio donde se ubican estas universidades- no es recíproco.
En la UNI, San Marcos y Agraria, no sólo estudian jóvenes limeños, bien sabemos, que en dichas universidades también estudian jóvenes de la sierra, norte, sur y selva.
Más aún, son éstas universidades, que han contribuido de sobremanera al desarrollo del país, con la formación de miles de profesionales y sus aportes técnicos.
Y, son estas tres universidades, que en el 2002 firmaron una alianza estratégica para el desarrollo de la universidad peruana, y uno de los proyectos que pusieron en marcha fue el programa de becas académicas a Europa, que desde el 2004 a la fecha ha permitido que cerca de 600 jóvenes de éstas y otras universidades peruanas sigan estudios de segunda profesión y posgrados en las mejores ecolés y universidades de Francia, Italia y España.
No hay comentarios:
Publicar un comentario