El fotógrafo Gary preocupado por las “clases de universidad” que existen actualmente.
Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó por sus tallarines al pesto con harto queso ralladito y su bistec a la inglesa encima. “María, me alegro que los candidatos estén poniendo énfasis en la educación. Una de las desgracias de este país es que ningún gobierno se comprometió, verdaderamente, con la formación de la niñez y juventud. Las universidades hasta el primer gobierno de Alan García eran las tradicionales particulares como la de Lima, Católica, Pacífico, Ricardo Palma, San Martín y Garcilaso. Las nacionales San Marcos, UNI, Agraria, la del Callao y Villarreal. Y parabas de contar.
Pero llegó el “Chino” Fujimori y con oscuros socios empezaron a crear universidades que, francamente, dan pena. Consiguieron local en un terreno baldío y le pusieron un letrerito de “aquí se construirá el campus de la Universidad Plumas Peruanas” y listo. Sacaban un aviso en el periódico y en cualquier edificio empezaban las matrículas y las clases. Los exámenes eran una mera formalidad, todos ingresaban, hasta jóvenes con lamentables problemas mentales hasta de esquizofrenia. Me da pena decirlo, pero en esa universidad reciben a cualquier alumno o entregan ¡títulos a distancia! Y lo peor, ¡¡enseñan medicina!! ¿Qué clase de médicos pueden salir de esos centros que son negocios de piratas de la educación?
Aquí, lamentablemente, muchos congresistas del partido aprista se han visto coludidos y han dado “luz verde” a estos pseudos centros de estudios, a cambio de pasajes a Europa con todo pagado para los otorongos, sus esposas o sus amantes. También la universidad nacional está en crisis. Los profesores pretenden ganar como los magistrados del Poder Judicial, pero la enseñanza en esas universidades está por los suelos. Cunde la politiquería y los profesores promovidos son los que pertenecen al grupo del rector o a los radicales de izquierda.
Son pocos los grandes maestros de San Marcos que permanecen en el claustro, se fueron hartos de tanta politiquería. No creo que homologándoles el sueldo con el Poder Judicial se solucione el problema de la universidad nacional. No se investiga, solo sirve para otorgar títulos y dar trabajo a profesores mediocres. Ni qué decir de la educación escolar. El Sutep, durante décadas, solo sirvió para chantajear a los sucesivos gobiernos, sean militares o democráticos con huelgas de meses. Los únicos perjudicados eran los alumnos. La educación en el colegio nacional está por los suelos, y todavía algunos docentes se quejan de las evaluaciones promovidas por el ministro Chang, en sus épocas en Educación.
Creo que fue lo mejor del gobierno de Alan García. ¿Qué clase de maestros tenemos? Que Toledo especifique, 20% del presupuesto destinado a la Educación, pero a la buena, a los maestros calificados, a las universidades que producen e investigan”. Pucha, mi amigo tiene razón. No es justo que no solo en los colegios particulares caros se imparta buena educación. Está bien que el gobierno modernice las grandes unidades escolares, pero lo fundamental está en las aulas, en los maestros, ese es el problema. Me voy preocupada. Cuídense.
Fuente: El Trome
Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó por sus tallarines al pesto con harto queso ralladito y su bistec a la inglesa encima. “María, me alegro que los candidatos estén poniendo énfasis en la educación. Una de las desgracias de este país es que ningún gobierno se comprometió, verdaderamente, con la formación de la niñez y juventud. Las universidades hasta el primer gobierno de Alan García eran las tradicionales particulares como la de Lima, Católica, Pacífico, Ricardo Palma, San Martín y Garcilaso. Las nacionales San Marcos, UNI, Agraria, la del Callao y Villarreal. Y parabas de contar.
Pero llegó el “Chino” Fujimori y con oscuros socios empezaron a crear universidades que, francamente, dan pena. Consiguieron local en un terreno baldío y le pusieron un letrerito de “aquí se construirá el campus de la Universidad Plumas Peruanas” y listo. Sacaban un aviso en el periódico y en cualquier edificio empezaban las matrículas y las clases. Los exámenes eran una mera formalidad, todos ingresaban, hasta jóvenes con lamentables problemas mentales hasta de esquizofrenia. Me da pena decirlo, pero en esa universidad reciben a cualquier alumno o entregan ¡títulos a distancia! Y lo peor, ¡¡enseñan medicina!! ¿Qué clase de médicos pueden salir de esos centros que son negocios de piratas de la educación?
Aquí, lamentablemente, muchos congresistas del partido aprista se han visto coludidos y han dado “luz verde” a estos pseudos centros de estudios, a cambio de pasajes a Europa con todo pagado para los otorongos, sus esposas o sus amantes. También la universidad nacional está en crisis. Los profesores pretenden ganar como los magistrados del Poder Judicial, pero la enseñanza en esas universidades está por los suelos. Cunde la politiquería y los profesores promovidos son los que pertenecen al grupo del rector o a los radicales de izquierda.
Son pocos los grandes maestros de San Marcos que permanecen en el claustro, se fueron hartos de tanta politiquería. No creo que homologándoles el sueldo con el Poder Judicial se solucione el problema de la universidad nacional. No se investiga, solo sirve para otorgar títulos y dar trabajo a profesores mediocres. Ni qué decir de la educación escolar. El Sutep, durante décadas, solo sirvió para chantajear a los sucesivos gobiernos, sean militares o democráticos con huelgas de meses. Los únicos perjudicados eran los alumnos. La educación en el colegio nacional está por los suelos, y todavía algunos docentes se quejan de las evaluaciones promovidas por el ministro Chang, en sus épocas en Educación.
Creo que fue lo mejor del gobierno de Alan García. ¿Qué clase de maestros tenemos? Que Toledo especifique, 20% del presupuesto destinado a la Educación, pero a la buena, a los maestros calificados, a las universidades que producen e investigan”. Pucha, mi amigo tiene razón. No es justo que no solo en los colegios particulares caros se imparta buena educación. Está bien que el gobierno modernice las grandes unidades escolares, pero lo fundamental está en las aulas, en los maestros, ese es el problema. Me voy preocupada. Cuídense.
Fuente: El Trome
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