miércoles, 10 de marzo de 2010

Japón, Chile, Perú y sus terremotos

Por Engels Ortiz Samanamud

Sebastián Piñera asumirá este 11 de febrero del 2010 como presidente de Chile en medio de un sismo de 8,8 grados de magnitud que sacudió la zona centro-sur de su país en la madrugada del pasado 27 de febrero, dejando más de 500 muertos y severos daños materiales, lo cual está llevando a Piñera a poner en marcha la reconstrucción de su país como la máxima prioridad al inicio de su mandato.

Alan García asumió el 28 de julio del 2006 como presidente del Perú y tras casi un año de su mandato se dio un sismo de 7.9 grados de magnitud que sacudió la zona del sur chico el pasado 15 de agosto de 2007, dejando más de 500 muertos y severos daños materiales, lo cual llevo a Garcia a poner en marcha un plan de reconstruccion llamado FORSUR.

Japón cuando sufrió el terremoto que sacudió la ciudad de Kobe el 17 de enero de 1995, les dejó 6.300 muertos y otras 34.000 personas resultaron heridas y 230.000 habitantes se quedaron sin hogar y 436.000 edificios fueron pasto de las llamas.

El terremoto de Kobe provocó una larga serie de desastres secundarios y amenazas de desastres, y demostró, una vez más, la necesidad de un plan para la gestión de los desastres compuestos. Las tremendas sacudidas provocaron primero el derrumbamiento de edificios e infraestructuras, y posteriormente causaron desprendimientos. En pocos instantes se produjeron sesenta incendios como consecuencia del temblor. Diez días más tarde continuaba la amenaza de desprendimientos porque el agua de las lluvias torrenciales penetraba por las grietas de los edificios. Seis meses más tarde, la zona resultó afectada por un tifón, causando inundaciones en las viviendas provisionales.

Las pérdidas económicas ascendieron a unos 100.000 millones de dólares, más o menos la mitad de la producción económica anual de la región de Kobe.

A Kobe le tomó cinco años reconstruirse dado que la magnitud y la complejidad de la catástrofe provocó una serie de retos logísticos, emocionales y económicos a sus habitantes.

El gasto para la reconstrucción fue de 120.000 millones de dólares.

Además, es importante resaltar el trauma psicosocial que les quedó a los afectados, es decir, a los que perdieron hijos o familiares, amigos, sus hogares y sus puestos de trabajo. Al mismo tiempo, la catástrofe les sirvió para que en los planes de desarrollo sostenible se tenga en cuenta la amenaza de desastres. "No es suficiente sólo reparar los daños provocados por el sísmo, nuestro sueño es que Kobe se convierta en una ciudad clave para el futuro del Japón", dijo Atsushi Shimokobe, presidente de la comisión para la reconstrucción de Kobe.

Los esfuerzos para la reconstrucción fueron impresionantes. Los servicios básicos como la luz, agua, gas, telecomunicaciones, así como las principales carreteras y líneas ferroviarias empezaron a funcionar a los pocos meses. Alrededor del 20% de la población necesitó viviendas provisionales. La administración local proporcionó 48.000 casas en el lapso de algunos meses, después de haber afrontado infinidad de problemas para encontrar tierras disponibles con servicios básicos. El 70% de las actividades portuarias se reiniciaron al cabo de un año (el puerto de Kobe manejaba el 30% de la carga de contenedores del Japón).

El alcalde de Kobe, Kazutoshi Sasayama, consideró como uno de los logros más importantes en el proceso de reconstrucción, la eficaz y rápida remoción de escombros dado que el 60% de los escombros se volvió a utilizar en zonas de terraplén.
Las imágenes del desastre de Kobe llamaron la atención del mundo entero, y enseguida se organizó la ayuda humanitaria durante algún tiempo.

Luego que la atención mundial se desvió hacia otros problemas, los ciudadanos de Kobe siguieron reconstruyendo su ciudad y sus vidas durante algunos años más. Como declaró Sasayama a la revista Times, "se necesitarán cinco años más para terminar la reconstrucción y otros 10 a 20 para cicatrizar todas las heridas".

Ahora, Piñera inicia su mandato en Chile, y quizás le tome todo su periodo la reconstrucción del centro-sur- de su país, y García que ya va terminar su mandato en el Perú, dejará al sur chico sin haberlo reconstruido.

Ojalá no ocurra un terremoto en Lima ni en ninguna parte del Perú porque no hay dudas que no estamos preparados, y es que hace unos dias, el solo escuchar una reunión de las autoridades de la provincia de Huaura en torno a estos temas y cuando habló el representante de la compañia de bomberos de Huacho, dijo lo que todos ya sabemos, que no cuenta con equipos adecuados, ni instrumentos suficientes para atender un incendio grande. Empero a la vez destacó que cuentan con el apoyo de las compañías de bomberos de Chancay y Barranca, lo cual me produjo un escalofrio, dado que Chancay y Barranca en términos de distancia están a una hora de Huacho y, más aún, esas compañías han de estar tan iguales o peor que la de Huacho.

Datos sobre el terremto de Kobe tomados de Japón - Kobe resurge de sus cenizas

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